Una Constitución que mutile la familia y la propiedad –instituciones consagradas por el Decálogo– es tanto más subversiva cuanto más graves fueren esas mutilaciones. Subversiva en el plano filosófico y religioso, porque subvierte el Reino de Cristo en la Tierra.
“Dios instituyó un orden natural resumido en los Diez Mandamientos por Él mismo revelados. De manera que, no es lícito a Estado alguno, mandar o permitir (no digo tolerar, nótese) lo que Dios prohibió. Ni prohibir hacer lo que Dios mandó.
“En esta perspectiva, que es necesariamente la de todo católico, el orden es, principalmente la conformidad de todos –del Estado y de la sociedad inclusive– con la Ley de Dios.
¿Por qué defender la Tradición, la Familia y la Propiedad?
“Ahora bien, el régimen comunista es, por definición, la disposición del Estado y de la sociedad de modo exactamente contrario a lo que Dios mandó. Este subvierte todo el orden querido por Dios. Luego, el comunismo es subversión y subversión por excelencia.
“Y esto, ya se implante por las armas, como en Cuba, ya se establezca por elecciones, como en Chile.
“La subversión por excelencia puede, por lo tanto, no ser violenta. De tal manera son distintos los conceptos de subversión y de violencia.
“En este sentido –obsérvese– no es subversivo sólo el régimen comunista, sino también el socialista, en la medida en que éste se inspira en las máximas de aquél y con él se parece.
“Y esto porque un régimen al cual sea inherente la mutilación de la familia y de la propiedad –instituciones éstas consagradas por el Decálogo– es tanto más subversivo cuanto más graves fueren esas mutilaciones. Subversivo en el plano filosófico y religioso, porque subvierte el Reino de Cristo en la tierra”.
“Mais atual do que nunca”, in “Folha de S. Paulo”