Es peor y más grave el error de aquellos que se engañan pensando que lograrán una paz efímera complaciendo al mundo “en donde domina enteramente el demonio” (1 Jn 5, 19) como si fuera posible la armonía entre la luz y las tinieblas, entre Cristo y el demonio.
Están pues muy equivocados los que creen y esperan para la Iglesia, un estado permanente de plena tranquilidad, de prosperidad universal, y un reconocimiento práctico y unánime de su poder, sin contradicción alguna; pero es peor y más grave el error de aquellos que se engañan pensando que lograrán esta paz efímera disimulando los derechos y los intereses de la Iglesia, sacrificándolos a los intereses privados, disminuyéndolos injustamente, complaciendo al mundo “en donde domina enteramente el demonio” (1 Jn 5, 19), con el pretexto de simpatizar con los fautores de la novedad y atraerlos a la Iglesia, como si fuera posible la armonía entre la luz y las tinieblas, entre Cristo y el demonio.
Son éstos sueños de enfermos, alucinaciones que siempre han ocurrido y ocurrirán mientras haya soldados cobardes, que arrojen las armas a la sola presencia del enemigo, o traidores, que pretendan a toda costa hacer las paces con los contrarios, a saber, con el enemigo irreconciliable de Dios y de los hombres.
San Pío X, Encíclica Communium Rerum – Nº30, Con motivo del Jubileo Sacerdotal del Papa y el octavo centenario de San Anselmo, 21 de abril de 1909