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Los que son muy activos, que piensan abrasar el mundo con sus predicaciones y obras exteriores, mucho más provecho traerían a la Iglesia y mucho más agradarían a Dios, sin contar el buen ejemplo que darían, si gastasen siquiera la mitad de ese tiempo en estar con Dios en oración
“Cuando algún alma tuviere algo de este grado de solitario amor, grande agravio se le haría, y a la Iglesia, si aún por poco tiempo, la quisiesen ocupar en cosas exteriores o activas, no obstante fueren de mucha importancia. Pues, una vez que Dios conjura a que “no la despierten de este amor”, ¿quién a esto se atreverá y quedará sin reprensión?
“Cuando algún alma tuviere algo de este grado de solitario amor, grande agravio se le haría, y a la Iglesia, si aún por poco tiempo, la quisiesen ocupar en cosas exteriores o activas, no obstante fueren de mucha importancia. Pues, una vez que Dios conjura a que “no la despierten de este amor”, ¿quién a esto se atreverá y quedará sin reprensión?
Armonía entre el orden espiritual y el orden temporal
«Al final de cuentas para este amor fuimos criados. Adviertan, pues, aquí los que son muy activos, que piensan abrasar el mundo con sus predicaciones y obras exteriores, que mucho más provecho traerían a la Iglesia y mucho más agradarían a Dios, sin contar el buen ejemplo que darían, si gastasen siquiera la mitad de ese tiempo en estar con Dios en oración, aunque no hubiesen llegado tan alto como aquella alma.
«Ciertamente, entonces harían más y con menos trabajo con una obra de que con mil, mereciéndolo su oración, y habiendo cobrado fuerzas espirituales en ella; porque de otra manera todo es repetir y hacer poco más que nada, y a veces nada, y aún a veces a diario. Porque Dios nos libre de que comience ‘la sal a perder el sabor’, pues no obstante parezca que se haga algo por fuera, en sustancia no será nada, cuando es cierto que las buenas obras no se pueden hacer sino en virtud de Dios”.
(Anot. para la Canción XXIX). San Juan de la Cruz
