La noticia que sigue nos muestra la situación de Corea del Norte, país que el Presidente del Partido Comunista chileno, Guillermo Tellier, defendió con énfasis en el mensaje enviado al régimen que oprime a esa nación con sus condolencias por la muerte del tirano Kim Jong Il, atribuyendo los problemas de esa nación sólo al “imperialismo norteamericano”. Así dijo:
«En este momento de dolor para los trabajadores y todo el pueblo de la República Popular Democrática de Corea, el Partido Comunista de Chile está convencido que la lucha por la construcción de una próspera sociedad socialista, por la reunificación del país, la defensa de los intereses del pueblo coreano en contra de las maniobras del imperialismo norteamericano continuarán siendo impulsadas firmemente por quien lo reemplace en los cargos de la dirección del Partido y el Estado». Como se ve, Tellier considera a ese desdichado país como un verdadero paraíso, deseando que continúe en esas condiciones, las cuales, sin duda, corresponden a lo que él también desea implantar en nuestra Patria.
La página web de Fox News señala que un nuevo informe muestra que más de 150.000 norcoreanos se encuentran encarcelados en los campos de concentración, al estilo Gulag soviéticos, en ese país, a pesar de la negativa del gobierno comunista de que mantiene presos políticos.
El informe publicado el martes por el Comité para los Derechos Humanos de Corea del Norte con sede en EE.UU. se basa en entrevistas a 60 ex prisioneros y guardias, incluyendo imágenes satelitales de lo que las víctimas describen como campos de trabajos forzados y prisiones.
El informe documenta el encarcelamiento de familias enteras, incluidos niños y ancianos, por los supuestos «delitos políticos» de miembros de la familia, y el infanticidio y abortos forzados de las mujeres reclusas, que cruzaron ilegalmente a China y quedaron embarazadas allí, y luego fueron repatriadas a la fuerza a Corea del Norte. Como se ve, una violación masiva de los tan pregonados derechos humanos.
«No son sólo las armas nucleares que tienen que ser desmanteladas», dijo Roberta Cohen, presidente de la junta del comité de directores «, sino todo un sistema de represión política».
El informe dice que el sistema de los campos se inspiró inicialmente en los años 50 en el Gulag soviético, para castigar a los pensadores «equivocados» y a los que pertenecen a la «clase política equivocada», o tienen una creencia religiosa, entendiendo por “equivocados” a quienes tienen ideas diferentes a las exigidas por el régimen.
La organización cita estimativas de funcionarios de Corea del Norte, que pertenecieron a la agencia de seguridad del Estado y que desertaron a Corea del Sur, en el sentido de que el sistema de campos tiene entre 150.000 y 200.000 personas – de una población total de alrededor de 24 millones.
El informe de 200 páginas describe los diferentes tipos de centros de detención, incluidas colonias de trabajo penal, donde los presos políticos están encarcelados sin un proceso judicial, cumpliendo condenas a trabajos de por vida, sobre todo en la minería, la tala o en empresas agrícolas.
Las colonias de trabajo son rodeadas de alambres de púas y cercas electrificadas, sobre todo en el norte y en las montañas centrales del país, dice el informe, el cual denuncia las altas tasas de mortalidad durante la detención, debido al maltrato sistemático, la tortura, las ejecuciones y la desnutrición.
El informe publicado proporciona precisas ubicaciones geográficas de los campos de prisioneros políticos. Informa que los ex prisioneros fueron capaces de identificar sus antiguos cuarteles y casas, lugares de trabajo, lugares de ejecución y otros puntos de interés en los campos, a través de las imágenes disponibles gracias a Google Earth.
El comité afirma que las conclusiones del informe contradicen una declaración de diciembre de 2009, hecho por Corea del Norte ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, donde afirmó que los campos de prisioneros políticos no existen en ese país.
Pues bien, los hechos denunciados denotan lo que es la tiranía norcoreana, pero los elogios a ésta muestran lo que es el Partido Comunista chileno. Sin embargo, hay más. También muestra lo que es la Democracia Cristiana chilena, que se esfuerza por revitalizar al comunismo en las próximas elecciones municipales, inclusive a expensas de sus propias fuerzas, ya que la secta roja carece de votos para, por sí sola, hacer elegir a uno de sus miembros como alcalde de una comuna “popular”. Si los comunistas no tienen fuerzas, nosotros los ayudamos, parece decir el PDC. Es la consigna, ora tácita, ora expresa, de décadas de apoyo suyo al comunismo, con indiferencia frente a los frutos nefastos así obtenidos.
Para terminar, ¡es de esperar que los actuales dirigentes de Renovación Nacional recuerden todo esto a la hora de “dialogar” con la Democracia Cristiana! Si no, la Historia lo registrará.
