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A la ofensiva de la ideología de género en la educación, se suma ahora el proyecto de «Ley de Garantía de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes». Este proyecto, que está siendo votado en la Cámara de Diputados, limita gravemente la potestad de educación de los padres y permite una intrusión abusiva en ella del Estado, dando libertad a los niños para escoger su sexo desde la infancia.
Como le prometimos en un programa anterior, en el de esta semana continuaremos con el tema del manual del Ministerio de Educación sobre identidad de género, que se encuentra en aplicación en todos los colegios de Chile.
Como Ud. podrá recordar, el Mineduc está implementando, sin mucho ruido pero con una insistencia digna de mejor causa, un manual denominado; “Educación para la igualdad de género 2015-2018”.
Muchos auditores pueden pensar que se trata sólo de valorar por igual el papel, tanto de los niños cuanto de las niñas, en los colegios del Estado y de evitar el llamado “bullyng escolar”, o en palabras más chilenas, el clásico “toreo” en que los niños mucha veces se enfrentan por diversidades de caracteres y otras causas propias de su inmadurez.
Sin embargo, el objetivo del Ministerio de Educación es muy diferente de esto. Lo que se propone el referido manual es incentivar en los niños el valor de las relaciones homosexuales, lesbianas, transexuales y un largo etcétera, que lo deja a uno imaginando qué otras desviaciones sexuales el Mineduc querrá proponer a los niños.
Pasamos a describir algunos puntos del texto del manual para no quedar sólo en comentarios genéricos y para que Ud., papá o mamá que nos oye, conozca lo que sus hijos están “aprendiendo” sin que Ud. se entere.
En la página 3 del manual aparece un dibujo en donde se representa un cuerpo con forma de un robot, rodeado de pequeños recuadros con flechas dirigidas hacia las distintas partes de la figura, que indican cómo se construye, según los autores, la presumida identidad de género:
La flecha que se dirige al cerebro del hombre/mujer robot, dice:
“Identidad de género: ¿Cómo me siento con respecto a mí mismo/a, cómo el cerebro interpreta quien soy”. Y en el mismo recuadro se dan las siguientes respuesta: “Mujer – Transgénero – Transexual, Hombre – Cisgénero”.
Como no sabíamos qué significaba “Cisgénero”, tuvimos que ir a preguntarle al infaltable Google, el cual nos respondió que “es un término que se utiliza para describir a personas cuya identidad de género y el género asignado al nacer coinciden, es decir, es un término utilizado para describir a personas que no se identifican como transgénero”.
O sea, su hijo o hija, será informada desde parvularia, pero en realidad es desde el jardín infantil, que tiene una amplia gama de opciones sexuales e identidades de género para poder optar, y que por lo tanto no se debe limitar a seguir lo que Ud. como papá o mamá le indiquen. Él podrá vestirse con falda y entretenerse con muñecas y ella podrá jugar con aviones de combate. Así, en el colegio les irán formando ‒mejor digamos deformando‒ sus conciencias y su personalidad.
En otros manuales de educación de género, una de las tareas que se proponen a los alumnos, y que se encajaría perfectamente con la doctrina que el Mineduc quiere imponer, es que los niños un día vayan vestidos como niñas y viceversa. Así ellos podrán ver si, por acaso, no se sienten mejor en la identidad opuesta al sexo biológico.
Pero, continuemos con el manual del Mineduc. Hay otra flecha que también se dirige hacia el cerebro del muñeco robot que dice: “Expresión de género”. En el recuadro se pregunta:
“¿Cómo expreso mi género, según los roles heteronormativos y normas sociales, esto es, el género femenino desde la construcción de la mujer como sujeta débil, y a cargo de funciones reproductivas y de cuidado; el género masculino desde su función de proveedor, sujeto fuerte y conquistador. Incluye mi manera de vestir y actuar. Características físicas y biológicas, incluyendo órganos, hormonas y cromosomas. Mujer ‒ Transgénero – Transexual”
Nótese el carácter despreciativo que se le da al rol de la madre y de la maternidad. No extraña entonces que los mismos defensores de esta ideología, sean también acérrimos partidarios del aborto. Matando a los niños en gestación, ellos pretenden evitar que las mujeres sean condenadas a supuestamente ser “sujetas débiles, y a cargo de funciones reproductivas y de cuidado”.
Pero no es todo, la flecha que indica el corazón de la misma figura, dice “Orientación Sexual” e incluye en el mismo recuadro la pregunta y respuesta:
“¿A quién me siento atraído/a físico, sexual y emocionalmente? Heterosexual ‒ Bisexual – Pansexual ‒ Homosexual – Asexual”
Es decir, lo que se está enseñando aquí es que la atracción natural por el sexo opuesto no es sino una de las tantas posibilidades de orientación sexual, existiendo además, y en igualdad de condiciones, las de bi, pan, homo y a sexual.
Imagínese el efecto producido en un niño menor, quizá su propio hijo o nieto, que aún no tiene ni el desarrollo físico ni la madurez necesaria para entender estos conceptos.
Pero eso no es todo. La flecha que se dirige a la pelvis de la figura dice: “Sexo: Características físicas y biológicas, incluyendo órganos, hormonas y cromosomas. Hembra ‒ Intersexual – Macho”.
Como se puede apreciar, de acuerdo al manual del Mineduc, la parte menos importante en la configuración de la personalidad de los estudiantes son sus características físicas y biológicas, que trata además de manera despectiva con el vocabulario propio para los animales: “Hembra y macho”. Agrega, además, un tercer sexo, hasta ahora desconocido, incluso en el reino animal, llamado “intersexual”, cosa que no se sabe de dónde salió y cuáles son sus características, pues biológicamente sólo existen dos.
Ahora, como si todo esto fuera poco, el Manual propone a los profesores incentivar a los niños y niñas que opten por una de estas desviaciones sexuales.
Para ello cita trechos de acuerdos internacionales por los cuales Chile supuestamente estaría obligado a educar a sus niños con esas nefastas y ridículas teorías. Según dichos acuerdos, y so pretexto de combate a la violencia contra las mujeres, los Estados contratantes deben establecer programas apropiados, a todo nivel del proceso educativo, orientados a modificar los patrones socioculturales de conducta, para contrarrestar prejuicios y costumbres y todo tipo de prácticas que se basen en los papeles estereotipados para el hombre y la mujer.
En otras palabras, el Estado debe hacer propaganda de los postulados del lobby LGBT e imponer una cultura que cambie los “patrones socioculturales de hombres y mujeres”, o sea, precisamente los valores morales y los modos de ser que Ud., como padre, madre o abuelo ha querido inculcar en sus hijos y nietos, es decir que el niño sea un varón, (los hombrecitos no lloran) y que las niñas sean cuidadosas, delicadas y serviciales. Para el manual Mineduc, Ud. estaría apenas perpetuando meros prejuicios sociales y violando la libertad de opción de sus hijos e hijas.
¿Cómo pretende el Mineduc combatir esas supuestas discriminaciones?
El manual nos responde que se proponen medidas antidiscriminatorias y medidas preferenciales, bajo diversos criterios, incluyendo el de género. O sea, el profesor podrá decir en clase, que el niño que se atreva “a salir del closet” ‒formula que los homosexuales utilizan para quienes se autoreconocen como tales‒ recibirán algunas ventajas que los profesores podrán establecer.
La brutalidad de esa intervención del Estado en el rol de educar a los niños, que por derecho natural le corresponde a Ud. como papá y mamá, es tan elocuente, que dispensa mayores comentarios.
Sólo le aconsejamos que Ud. esté muy atento a lo que sus hijos traen del colegio, pues pueden estar siendo pervertidos por estas “enseñanzas de identidad de género”, sin que ellos ni Ud. lo sepan, y después ya sea muy tarde para revertir el proceso de perversión y deformación de la personalidad.
En realidad, esto es mucho peor que las clínicas psiquiátricas que los regímenes comunistas utilizaban para enloquecer a quienes no se sometían al marxismo. Aquí se trata de niños, sin madurez y arrancado de la formación de sus hogares.
Bien le valdría a los promotores del Manual la lapidaria condenación de Nuestro Señor a quienes pervierten a un menor de edad:
“Es imposible que no vengan escándalos; pero ay de aquel por quien vienen. Más le vale que le pongan al cuello una piedra de molino y sea arrojado al mar, que escandalizar a uno de estos pequeños” .(Lc. 17.1-2)