Acuerdos con UE pretenden imponer a nuestro país el aborto y otras medidas
Cuenta la leyenda que Vulcano formó una mujer para dársela como esposa a Prometeo. La llamaron Pandora, porque poseía una belleza extremada.
Júpiter fue quien le hizo el regalo más trascendental: una caja cerrada.
Pandora fue llevada ante Prometeo con todos estos presentes. Su apariencia no podía ser más agradable: bella, joven, lozana y adornada de las mejores cualidades.
Pero Prometeo, inteligente en extremo, desconfió del regalo de Júpiter y decidió, a pesar de todo, permanecer sin compañera. Pandora fue entonces presentada a Epimeteo, quien, a pesar de las reiteradas advertencias de su hermano Prometeo, no pudo negarse a recibirla una vez que la vio. Pandora abrió su caja y entonces se extendieron por el mundo todos los males de que los hombres son hoy víctimas, y que eran desconocidos hasta entonces.
Esta leyenda, que pasó a la historia como «la caja de Pandora», nos viene a la memoria cuando vemos los preparativos para el Acuerdo comercial de Chile con la UE.
En efecto, parece ser que de este Acuerdo fuesen a brotar los mayores beneficios para el País: se abrirá el comercio con varias de las naciones más ricas del mundo, nuestros productos no tendrán restricciones y podremos comprar en Santiago como si estuviésemos en París, en Londres o en Roma. En suma, todo parece prometer una interminable serie de beneficios.
Sin embargo, hubo advertencias que no fueron escuchadas por quienes tienen la responsabilidad de redactar estos acuerdos. Las advertencias las hizo públicas Acción Familia el pasado mes de Mayo con ocasión de las declaraciones de asesores del Ministerio de RREE.
En respuesta a estas aprensiones de Acción Familia, el Sr. Gonzalo Arenas, ex embajador ante la Comisión Europea y asesor especial para las negociaciones con la UE, afirmó que: «No porque ellos aprueben mañana que van a matar a todos los negros, quiere decir que nosotros estemos obligados a hacer nuestra esa disposición». (cfr. «El Mercurio, 8 de Mayo de 2002).
Por su parte otro asesor de RR.EE., Sr. Vega, replicó a los recelos de Acción Familia diciendo que: «cuando señaló que Chile tendría que hacer más democrática su Constitución, él no estaba señalando que el acuerdo con los europeos nos obligara a ello. Añadió el citado asesor que: ˜por el contrario, el ˜quid” del entendimiento con la UE es la asociación política, que se basa en la coincidencia de principios y valores” «.(cfr. «El Mercurio» 8 de Mayo de 2002).
Posteriormente, la Ministra Alvear declaró que, «este es mucho más que un Tratado Comercial», que permite, « poder trabajar en conjunto temas relativos a la mujer porque la preocupación en Europa, (…) es coincidente con la de Chile». (cfr. «El Mercurio», 8 de Julio de 2002).
Precisamente estas «coincidencias valóricas» entre el Gobierno de Chile y el Parlamento Europeo son las que preocupan a Acción Familia. Pues, naturalmente, si existen coincidencias en los presupuestos valóricos, también las habrá en las consecuencias que de estos presupuestos se deriven. Y cuando ellas lleguen hasta sus últimas consecuencias, es decir a la aprobación del aborto, ya no existirá ningún tipo de reparos.
Veamos un reciente y muy claro ejemplo de estas «coincidencias valóricas».
El Parlamento Europeo acaba de aprobar, el 3 de Julio, la «Resolución sobre salud sexual y reproductiva y los derechos en esta materia», en la cual recomienda a todos los países miembros de la Comunidad Europea y a los países candidatos a serlo, que legalicen el aborto, «con el objeto de hacerlo más accesible a todos y eliminar así los riesgos de las prácticas ilegales», (cfr. Resolución, Embarazos no deseados y abortos, punto 12.)
Dicha Resolución se basa en varios documentos internacionales que también han contado con el apoyo del Gobierno chileno, como es el del Protocolo Facultativo del Cedaw, firmado por el Gobierno chileno y recientemente retirado de la pauta del Senado.
La Resolución del Parlamento Europeo considera que, «las mujeres y los hombres deberían disfrutar de total libertad para elegir (…) su propia opción respecto a su salud y sus derechos sexuales y reproductivos, (…) y disponer de todos los medios y posibilidades para ello». (cfr. Resolución, Considerandos, A). Es decir abolición de cualquier norma moral que inspire las costumbres.
Asimismo, «Solicita a los Gobiernos de los Estados miembros y de los países candidatos que fomenten la anticoncepción de urgencia (…) y que la consideren una práctica común dentro de la asistencia en materia de salud sexual y reproductiva» (cfr. Resolución, Anticoncepción, 6). La Resolución «Insta a los Gobiernos (…) a que se esfuercen en proporcionar anticonceptivos y servicios de salud sexual y reproductiva gratuitos, o a costos muy bajos, a los grupos más desfavorecidos, tales como los jóvenes». (cfr. Resolución, Anticoncepción, 4). Ya el Gobierno chileno se viene empeñando a fondo en la aprobación de la llamada «píldora del día siguiente».
Sobre el tema de «salud sexual y reproductiva de los adolescentes/educación sexual», la Resolución «Pide a los Gobiernos (…) que recurran a métodos variados para llegar a los jóvenes: a través de la educación formal e informal, campañas publicitarias, mercadotecnia social para el uso del preservativo y proyectos como líneas telefónicas confidenciales de asistencia» y propone como lugares para repartir estos preservativos los «centros escolares» (cfr. Resolución, «salud sexual y reproductiva de los adolescentes/educación sexual», 18 y 19).
Todas estas normas aprobadas por el Parlamento Europeo, presentan «coincidencia de principios y valores», con iniciativas del Gobierno chileno. Particularmente con la «Propuesta Gubernamental: Hacia una sexualidad responsable», implementada por los Ministerios de Salud, Educación y Sernam y comentada en estas mismas páginas. (cfr. Informativo Acción Familia, Julio 2001), y con el Proyecto de ley sobre «derechos sexuales y reproductivos» presentado al parlamento chileno por diputados del PPD y del PS, y en el cual colaboraron varias ONGs, tales como: APROFA, La Morada, Vivo Positivo, y la Fundación Ideas (cfr. «La Revolución Cultural: un smog que envenena a la Familia chilena», Acción Familia, Diciembre 2001, 167 págs.).
En vista de todas estas «coincidencias de principios y valores» entre la UE y el Gobierno chileno, ¿a quién le puede extrañar que iguales políticas terminen llevándonos a las mismas consecuencias, es decir a la legalización del aborto propuesto ahora por el Parlamento Europeo?
A fin de evitar la aprobación de esta ley criminal Acción Familia hace un llamado a los parlamentarios y a todas las autoridades que tengan responsabilidad sobre el futuro nacional, para que desde ya se opongan a cualquier iniciativa de esta naturaleza.