No es ningún secreto que organizaciones no gubernamentales y diplomáticos de algunas naciones que legalizaron el aborto no quieren que el Vaticano participe en las Naciones Unidas y han llevado a cabo campañas para revocar su estatuto en la Organización, en gran parte debido a sus puntos de vista contrarios al aborto.
Dando otro paso, han comenzado a etiquetar las enseñanzas pro-vida de la Iglesia Católica como supuestamente «promoviendo la tortura», sin considerar la tortura física y psicológica que el aborto constituye para las mujeres y los niños no nacidos.
Como informa el Washington Examiner, las Naciones Unidas están intensificando su ataque contra la oposición histórica de la Iglesia Católica al aborto, sugiriendo, en una reunión el lunes 5 pp. en Ginebra, que equivale a una «tortura psicológica» de las mujeres y que debe ser abolida, una iniciativa que funcionarios del Vaticano se niegan a considerar.
Entre las preguntas acerca de la posición anti-aborto del Vaticano planteada por el Comité de la Tortura fue cómo ella impacta la mente de las mujeres. Un interrogador de la ONU dijo que las «restricciones equivalen a tortura psicológica » de las mujeres.
Por otro lado, Ashley E. McGuire del grupo Catholic Voices EE.UU. afirmó: «El aborto es una de las formas más atroces de tortura que puede perpetrarse en contra de un niño y, al atacar las creencias morales y religiosas de la Iglesia, violan la libertad religiosa de la Iglesia, un derecho humano que las Naciones Unidas defienden. Sin embargo, el Comité de la ONU contra la Tortura parece estar preparando un escenario en el que si Usted es pro-vida está a favor de la tortura».
«En enero pasado, la Presidenta del Comité de los Derechos del Niño, «exigió» que la Santa Sede cambie la doctrina católica», recordó Steve Mosher del Population Research Institute, «ya que la posición actual de la Iglesia supuestamente viola los derechos humanos de los niños”.
«El Comité contra la Tortura está criticando el informe inicial de la Santa Sede basado en la ‘Convención contra la Tortura’”. «El problema, de acuerdo con el Centro de Solidaridad para la Ley y la Justicia, es que éste se basa en la información que recibe de la Oficina de las Naciones Unidas del Alto Comisionado para los Derechos Humanos («OACDH») y varios ONG anti-católicas», explicó Mosher. » ¿Cuáles son esas ONG? El Centro de Derechos Reproductivos, la CRR, como se le llama, que está a la vanguardia de los grupos que sostienen que la posición de la Iglesia católica sobre la anticoncepción y el aborto constituye una especie de tortura».
Por lo demás, el Presidente de la Comisión sobre la Tortura, Claudio Grossman, tiene una larga historia de activismo en favor del aborto y del control demográfico, señaló Mosher.
«Está claro que estos grupos son virulentamente contrarios a las enseñanzas y prácticas de la Iglesia Católica en relación con las cuestiones de la vida, el aborto, la sexualidad, la orientación sexual, el matrimonio, la familia, la bioética o la eutanasia. Algunos miembros del Comité contra la Tortura también lo son, y son incapaces de opinar imparcialmente sobre el informe de la Santa Sede», dijo Mosher. «Si bien estos grupos e individuos inventan acusaciones contra la Iglesia Católica, y estiran el significado de ‘tortura’ a dimensiones absurdas, personas reales siguen sufriendo torturas reales”.
«¿Dónde está su indignación contra el trato cruel, inhumano y degradante de las decenas de miles de cristianos que están sufriendo en todo el mundo en países como China e Irán? ¿Dónde está su preocupación por el asesinato, el secuestro, o la conversión forzada de los cristianos en lugares como Corea del Norte, Pakistán y Nigeria?», preguntó Mosher.
Mosher concluye: «El Comité contra la Tortura ha abandonado su mandato y caído en las manos de aquellos que están tan cegados por su ideología anti-pueblo y el fanatismo anticatólico que ya no entienden que todos los derechos humanos se basan en la primera libertad: la libertad de conciencia. Al atacar a la Iglesia Católica, la madre de la libertad de conciencia no sólo en Occidente, sino a nivel mundial, están socavando el mismo suelo en que se encuentran».
por Steven Ertelt | Traducido y resumido | LifeNews.com