Monseñor Felipe Bacarreza demanda «coherencia» con la fe y advierte «engaño» del gobierno chileno
El obispo de la diócesis chilena «Santa María de Los Ángeles», monseñor Felipe Bacarreza Rodríguez, aborda en entrevista concedida al periódico Portaluz, el debate sobre el aborto, la unión civil entre personas del mismo sexo y la adopción legalmente permitida para esas parejas. Se trata nos dice, de «anunciar la Verdad».
Damos a continuación un resumen de la importante entrevista del Obispo de Los Angeles. Para quien lo desee, ésta es la versión completa
(…) La Iglesia está llamada a predicar y anunciar la Verdad, como lo está haciendo.
¿Los obispos tienen pensado convocar oficialmente a los fieles para alguna actividad u otra manifestación pública concreta en torno a la defensa de la vida y la familia?
En el momento oportuno la Iglesia ciertamente tomará alguna acción que permita a los católicos manifestar públicamente su convicción respecto a los valores. En este momento tiene que pronunciarse sobre el carácter inviolable de la vida humana, desde la concepción de un nuevo ser humano hasta su muerte natural.
¿Proyectos de ley como el aborto o la legalización de las uniones de personas del mismo sexo importan un daño espiritual? ¿Se ofende a Dios con ellos?
Ciertamente. (…) Dios creó al ser humano hombre y mujer, para que uniéndose en el amor, colaboren en la transmisión de la vida. La vida humana es creación exclusiva de Dios, pero el ser humano está llamado a colaborar en ese milagro que es la generación de nuevas vidas humanas. Cuando el hombre, prescindiendo del plan de Dios, pretende decidir qué sexo, cuál vida sí y cuál vida no, eso obviamente es ir contra la voluntad de Dios. (…) Todos los que rezan el Padre Nuestro diciendo «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo» deberían tratar de ser coherentes con esa petición que dirigen a Dios y ellos mismos esforzarse por cumplir la voluntad de Dios en la tierra. El alto porcentaje de cristianos que hay en Chile dicen, tal vez diariamente, «Hágase tu voluntad». Pero después actúan -también algunos que ocupan cargos de gobierno, que son cristianos-, contra la voluntad de Dios. Incoherencia que la Iglesia denuncia como lo hicieron todos los profetas desde el Antiguo Testamento. ¡Llamamos al pueblo fiel a la coherencia!
¿Cómo interpreta que el gobierno invite a dialogar pero al mismo tiempo afirme que después igual presentará o apoyará un proyecto de ley que despenaliza el aborto?
Lo interpreto como un engaño. En buen chileno se dice ‘una tomadura de pelo’. Invitar a dialogar sobre algo que ya está decidido es lo mismo que cerrarse al diálogo. Eso no es diálogo, es una imposición. Es como decir: «Digas lo que digas, nada cambiará».
(…) En la Escritura, en el Deuteronomio Dios dice claramente «Yo doy la muerte, yo doy la vida» (Deut 32,39). Y en realidad eso se interpreta como: «Yo doy la muerte, porque yo soy quien da la vida». Es Dios quien habla. Una ley de aborto niega a Dios como creador y afirma que la vida humana puede ser eliminada porque es una creación humana. Y con ese mismo criterio que se defiende el aborto un padre o una madre podría decir en cualquier etapa de la vida de sus hijos, este hijo es criatura mía y puedo disponer de su vida. ¡Pero no es criatura de él, es criatura de Dios y por eso no puede disponer de su vida en ninguna etapa! Pero en nuestra sociedad se intenta negar a Dios y ahí reside la base de todos los males. Se ha difundido el error, la mentira, al punto que parece casi de buen gusto ser ateo, agnóstico o defensor de la ideología de género.
(…) la alegría del ser humano, el bienestar, consiste en conocer a Jesucristo y cumplir la voluntad de Dios.
En su discurso del 21 de mayo la presidenta Bachelet ha dicho que: «Cuando se produce un aborto es porque la sociedad está llegando tarde» y luego comentó que el aborto es un «drama social».
Su teoría busca evitar todo embarazo, recurriendo a métodos anticonceptivos artificiales que hagan infecunda la relación sexual, incluyendo la píldora del día después que en algunos casos es también abortiva. Se parte de la base que las relaciones sexuales entre jóvenes, y también entre adultos, dentro y fuera del matrimonio, son inevitables. Lo que hay que evitar son sus efectos. De esta manera se banaliza la relación sexual y se la reduce a elegir el medio para evitar un embarazo. (…) Es una teoría errada, porque la relación sexual entre un hombre y una mujer, para que sea verdaderamente humana, debe ser una expresión de amor. Y el amor, por esencia, busca el bien del otro. El amor se opone al egoísmo, que busca al otro como objeto de mi propio placer. (…)
La educación sexual que enseña sólo a evitar el embarazo -con todo respeto- considera a los seres humanos como animalitos que es inevitable que se apareen. (…) Lo que se debería tratar es de consolidar en la sociedad una moral más alta, de manera que la relación sexual entre un hombre y una mujer sea realmente la expresión de un amor fiel, único, indisoluble y abierto a la vida y en que la vida concebida se acoja con amor en el seno de una familia.
Se habla de que es aborto, pero terapéutico…
Se insiste en usar la expresión falsa de «aborto terapéutico», para confundir. Un aborto es la eliminación de un ser humano inocente e indefenso, cuando aún está en el vientre materno. Esta es una acción de muerte. (…)
Estoy convencido de que afecta mucho a la juventud saber o suponer que en la etapa en que ellos dependían completamente de otra persona, que es su propia madre, ellas pudieren haber contemplado la posibilidad de haberlos abortado. (…) Que la persona llamada a amarlo más, protegerlo más, que lo tiene completamente en su mano… pudiere haberse planteado eliminarlo, crea grave daño y desconfianza. (…)
Respecto de unión civil o matrimonio para personas del mismo sexo…
El sólo uso de tal término encierra una absoluta incoherencia. La palabra «matrimonio» está compuesta por las palabras latinas «mater, matris» y «munus»: deber de ser madre, matriz de vida. ¡Para merecer el nombre de «matrimonio» una unión entre dos personas tiene que ser matriz de vida! Y esto es posible solamente en la unión entre hombre y mujer. (…) Las relaciones homosexuales son contrarias a la naturaleza humana, tal como Dios la creó. Por eso son intrínsecamente malas, perversas. La persona con inclinación homosexual merece todo el respeto que merece toda persona humana.
La adopción de un niño por parte de parejas homosexuales…
(…) Además, parece obvio que si una pareja homosexual de varones adopta un niño, todas sus expresiones afectivas estarán afectadas por su inclinación homosexual, no podría ser de otra manera, corresponde con lo que son….
¿La noche oscura una oportunidad donde brille con más fuerza la Luz de Cristo?
Exactamente. Creo que estos temas están haciendo que los mismos cristianos se interroguen sobre si cada uno está actuando conforme a lo que profesa. Confío en que más gente se fortalezca y recupere su vida cristiana.
(Portaluz/InfoCatólica)