El niño que fui, me sonríe con pena desde la ventana de mi antiguo cuarto
04/11/2022 | Por Acción FamiliaMe pregunto si los mayores de hoy, podremos en alguna medida volver a ser aquellos niños del ayer.
Me pregunto si los mayores de hoy, podremos en alguna medida volver a ser aquellos niños del ayer.
La cortesía, las buenas maneras estructuran una sociedad que sigue siendo como un cuerpo vivo
¿Se acuerda Usted todavía de que la palabra cortesía existe? La agitación de nuestros días no es muy apta para tener presente este concepto, y practicarlo
«Non in commotione Domine» – Dios no se encuentra en la agitación. Al pensar en esta escena, no nos parece que es un verdadero infeliz el individuo intoxicado por la idea que la felicidad se encuentra en la agitación?
Los sencillos objetos de nuestra casa, con los que convivimos familiarmente, pueden tener un considerable poder evocativo. Es necesario detenerse y observar.
¿Por qué Dios permite que pasen por dificultades y derrotas quienes hacen todo para mantener la fidelidad a sus enseñanzas? ¿Por qué no les concede de inmediato la victoria?
En los cuadros comentados se reflejan dos concepciones de la vida del campo y de la misma vida: de la obra prima de Millet se eleva una oración, de la pesadilla de Yves Alix se desprende un mal aliento de revolución.
Para los que viven en el bullicio perpetuo, los que no saben ni quieren vivir fuera de él, cuantos ruidos ahogan la voz de la gracia… «Non in commotione Dominus» ( 3 Rs. 19, 11 ). Dios no se encuentra en la agitación.
Si la persona construye su alma en la contemplación, tendrá una alegría interior en medio de las amarguras de la vida. Contemplando, la persona modela un alma que tiene algo de luminoso.
El Salmista dice: ‘Odié la asamblea de los malos y no quiero sentarme al lado de los impíos’ (S1. 25, 5). Recordaos de estas palabras del Profeta, en el comienzo del primer salmo: ‘Feliz aquel que no tomó parte en el consejo de los malos'». (Sl. I, I)