IX.- El Proyecto lanza las bases legales para una posterior persecución religiosa.
La Iglesia Católica, siguiendo el mandato divino de “ir y enseñar a todas los pueblos”, ha hecho de la educación, en todos sus niveles, una de las principales actividades apostólicas. Son incontables los institutos religiosos que imparten a lo largo de todo el territorio nacional una educación cristiana, conforme al sentir de los padres de familia que a ellos los confían.
Si el Estado está empeñado en una difusión ideológico-cultural de los Derechos del Niño, como la propuesta en este Proyecto, está preparando las bases psicológicas y legales para producir un “levantamiento” del alumnado en contra de esas enseñanzas morales y religiosas. En realidad, si el Proyecto desconoce el derecho prioritario de los padres para educar a sus hijos, por los mismos motivos y aún con mayor agresividad vetará la acción moralizadora de la Iglesia Católica.
De hecho tal “levantamiento” ya ha comenzado y cada día muestra mayor virulencia en contra de profesores y formadores de colegios particulares o públicos con enseñanza religiosa o apenas disciplinaria. Baste recordar en este sentido la revocación por parte del Ministro de Educación de la expulsión de dos alumnos del Liceo Metropolitano acusados de estar practicando sexo oral al interior del liceo, y la manifestación de 300 alumnos exigiendo la reincorporación de los culpables, acusando al Director del establecimiento de ser “homófobo”.
Los colegios católicos tampoco pueden suspender la escolaridad a las alumnas que hayan quedado embarazadas en el curso escolar y se discuten en el Parlamento otros proyectos de ley que bajo el nombre de “no discriminación” van limitando el derecho a la libertad de educación. Y lo que es más grave aún, van dando una señal de que no existen acciones prohibidas, lo que recuerda la máxima de la Revolución sorbonniana de 1968: “Prohibido prohibir”[23].
Si tal es la máxima que de modo explícito o implícito se va difundiendo por parte de los organismo del Estado, y del cual este Proyecto es un jalón más en la destrucción de los derechos de la familia , ¿cómo no ver que la religión católica que enseña el rechazo al vicio y la adhesión a la virtud será la próxima muralla a derrumbar?[24]
X.- Conclusión: Que las leyes respeten la Fe de la Nación o que no lamenten caer en el vacío
En virtud de lo expuesto creemos que de no ser reformado profundamente el sentido y la orientación del Proyecto de los derechos del niño y del adolescente, este caerá en el vacío y será una ley más a no ser cumplida o a ser sistemáticamente ignorada por la gran mayoría de las familias chilenas. Tal situación obligará al Estado para hacer eficaz su ley a iniciar una acción de control represivo de carácter policial, lo que lo hará cada vez más similar a los países que han vivido por décadas la persecución estatal comunista.
No queremos para nuestra Patria ni el engaño de malas leyes que no se cumplen ni la amenaza de la persecución estatal. Por eso pedimos a la ilustre Comisión del Senado que estudia este Proyecto, que oyendo el clamor de la inmensa mayoría de los padres y madres chilenas rechace en general la iniciativa o la reformule de modo a que los derechos de la familia sean reconocidos y garantizados por la legislación nacional.
Acción Familia
Valparaíso, 5 de julio de 2005
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[2] (cfr. Encíclicas Divini illus Magistri y Mit brennender Sorge, y la alocución del 8-9-1946)
[3] Todas estas disposiciones del Proyecto no se justifican ni si quiera en el caso extremo de que la casi totalidad de los padres de familia en Chile hubiesen abandonado totalmente su misión de educar. Pero lejos de esta situación, los informes del propio Servicio Nacional del Menor (SENAME), entregados a esta Comisión del Senado para justificar la reforma legal, desmienten completamente esta hipotética situación.
Según informó la propia Directora del organismo estatal, Sra. Delia Del Gatto, “actualmente, la Red Sename atiende en forma simultanea a más de 65 mil niños y niñas, que representan el 2,1% de la población infantil”. Asimismo, sólo el 2% de esos niños es atendido en centros administrados directamente por el Servicio. Es decir, el Servicio actual del Menor atiende al 0,04% de los niños en situación de riesgo, y en virtud de este Proyecto pasará a “atender” al 100% de los niños de Chile.
[4] cfr. “Antecedentes de Hecho. El Mensaje”.
[5] Cfr. Consejo Pontificio para la Familia, «Carta de los Derechos de la Familia», Preámbulo.
[6] cfr. Asamblea General de las Naciones Unidas, «Déclaration sur les principes sociaux et juridiques applicables à la protection et au bien-être des enfants, envisagés surtout sous l’angle des pratiques en matiére d’adoption et de placement familial sur les plans national et international», del 03/12/1986.
[7] cfr. Declaración «Familia y Derechos Humanos», del 16/12/1998, nº 9.
[8] Censo 2002. Síntesis de Resultados. Instituto Nacional de Estadísticas. 2003
[9] Enc. Divini illius Magistri, Ed. BAC pag. 540
[10] cfr. Título III, artículo 14, b.
[11] cfr. Tílulo III, artículo 14, h
[12] cfr. TítuloTítulo IV, artículo 38.
[13] cfr. Título III, artículo 17
[14] cfr. Título IV, artículos 20 y 21
[15] cfr. Proyecto Marco de Derechos sexuales y reproductivos”, Bol. N° 2608-11
[16] Al respecto de la relación derechos humanos y derechos sexuales en los jóvenes transcribimos trecho del artículo de Olga Grau publicado en “Hacia una agenda sobre sexualidad y derechos humanos en Chile”. A pesar de lo amoral del lenguaje creemos importante transcribirlo para entender delante de que tipo de educación estamos enfrentados. “Las practicas sexuales se han hecho más variadas, en cuanto a las modalidades de relación sexual de acuerdo a los orificios del cuerpo que se privilegien (boca, vagina ano) y también a las exploraciones que se hacen en relaciones bisexuales, homosexuales o heterosexuales. La expresión de la intimidad sexual se hace más variada y compleja y los repertorios sexuales se hacen más plásticos y hay mayor búsqueda de formas que puedan sentirse como propias o acordes en la relación. Las mujeres innovan de manera más notoria diversificando sus repertorios relativos a las prácticas sexuales, dando lugar a un enriquecimiento de los imaginarios sexuales en cuanto a explorar los límites y su transgresión, y alcanzar dimensiones desconocidas de placer”. Cfr. “Hacia una agenda sobre sexualidad y derechos humanos en Chile”, Teresa Valdés, Gabriel Guajardo Editores, Flacso, Impresión LOM Ediciones Ltda. 2004, pags. 106/107. El trecho transcripto corresponde a la ponencia de Olga Grau, Universidad de Chile.
[17] Cfr. Consejo Pontificio para la Familia, «Carta de los Derechos de la Familia», artículo 5 c).
[18] Cfr. Título V, artículo 45.
[19] “La jerarquía familiar debía transmitir la identidad, la memoria histórica y el saber mediante la palabra. Ese mundo se ha hundido; pero como la naturaleza no soporta el vacío, en lugar del padre, de la madre, de los hermanos, se ha establecido la cultura de la banda. Se creía que el debilitamiento del vínculo con los padres era una conquista de la modernidad, liberada de una vez por todas de los lazos de sangre y del tribalismo; se pensaba que el individuo, libre de las funciones y usos repetitivos de la jerarquización, iba a recuperar la responsabilidad, la libertad y la plenitud de la propia realización. sin embargo en la mayoría de los casos, el individuo, abandonado a su propia soledad, no ha encontrado más remedio que perderse en el interior de la banda, es decir, ser un sujeto anónimo e indiferenciado, animado sólo por motivaciones emocionales como detectar una banda enemiga, utilizar exteriormente signos distintivos, desear que el grupo sea siempre más poderoso, elegir un jefe a quien delegar todas las decisiones. La banda es un producto de la modernidad y, al mismo tiempo, es la solución más arcaica que se pueda imaginar. Contiene una socialidad negativa y destructiva, se basa en la ideología del más fuerte y en valores elementales de violencia , gregarismo y fetichismo. Los «ultras» de los estadios son el ejemplo más frecuente y más primitivo de ella”. Cfr. “La verdad y el bien de la comunión conyugal y familiar”, S.E. Mons. Tarcisione Bertone, Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, in “Familia et Vita”, Año VII, 2002.
[20] cfr. “mensaje presidente allende ante congreso pleno 21/mayo”73”
[21] cfr. Declaración «Familia y Derechos Humanos», del 16/12/1998, nº 65.
[22] Idem nº 70.
[23] cfr. “La revolución cultural, un smog que envenena a la Familia chilena”, Acción Familia, Diciembre 2001.
[24] “Dentro de los grandes conflictos y obstáculos (relativos a la sexualidad y a la reproducción) se encuentra el resurgimiento de fundamentalismos en estas materias cuyo principal exponente político ha sido la jerarquía de la Iglesia Católica”. Cfr. “Hacia una agenda sobre sexualidad u derechos humanos en Chile”, “Construyendo y ejerciendo los derechos sexuales y reproductivos entre los fundamentalismos y las libertades”, Claudia Dides C. Socióloga y Magister en Género y cultura. Universidad de Chile.