Las recientes declaraciones del Intendente de la Región del Bío–Bío, vinculando las violentas manifestaciones ocurridas en el reciente Paro Nacional con la crisis de la familia, y en particular al alto número de hijos nacidos fuera del matrimonio, produjeron un clamor nacional.
Tal estrépito llevó al mismo Intendente y al Gobierno a dar explicaciones que, de algún modo, intentaban desmentir lo afirmado.
Sin embargo, lo que el Intendente afirmó no fue sino la constatación de lo obvio. Cuando la familia nuclear está en crisis, las consecuencias la pagan los hijos sin padres y, en definitiva, toda la sociedad.
Es precisamente esto lo que hace pocas semanas afirmó el Primer Ministro del Reino Unido a propósito de los desmanes ocurridos en varias ciudades inglesas. De acuerdo a información de la CNN, “El primer ministro británico atribuyó los disturbios ocurridos durante los últimos 10 días en el Reino Unido a un «lento colapso moral» en varias partes del país (…) Cameron enumeró una serie de problemas que padece la sociedad inglesa en su discurso en el distrito electoral de Oxfordshire: Irresponsabilidad, egoísmo, actuar como si tus elecciones no tuvieran consecuencias, niños sin padres, escuelas sin disciplina, recompensa sin esfuerzo, crímenes sin castigo, derechos sin responsabilidades, comunidades sin control».
Prueba de lo acertado de este diagnóstico de Cameron es que, después de los hechos ocurridos en ese país, muchos menores de edad detenidos por cometer aquellos delitos no fueron visitados por sus padres y permanecieron solos en las comisarías, por la simple razón de que no tenían padres o que ellos no se preocupaban de sus hijos.
En esa importante nación nadie se escandalizó por las declaraciones del Primer Ministro; al contrario, exigieron al Gobierno mano dura contra los delincuentes. Y tales medidas se mostraron eficaces.
En Chile, en cambio, se rasgaron vestiduras. Sin embargo, hasta ahora nadie habla de tomar medidas serias para corregir lo que tantos se niegan a reconocer, la crisis de la familia, que prepara la crisis de la sociedad. No es natural ni bueno para una sociedad que más del 60% de sus hijos venga al mundo sin padre o sin madre que los eduquen y sostengan.
Uno de lo críticos de las referidas declaraciones, el Sr. Pepe Auth, reconoció, sin querer, lo acertado del juicio que criticaba, al lanzar, como proclama anti-familia: “¡vivan las madres solteras, sus hijos van a cambiar a Chile!” (“La Tercera”, 26-08-2011). O sea, él reconoce el potencial revolucionario del desprecio al matrimonio que se ha difundido últimamente, viéndolo como un factor de esperanza de aumente la contestación y que así la Izquierda recupere el Poder.
Es, por lo demás, lo que dicen varios autores que promueven la revolución cultural, con el fin de lograr lo que la revolución ideológica marxista no pudo conseguir.
Mientras no se enfrenten con resolución los problemas en sus causas más centrales, difícilmente Chile saldrá de la espiral de violencia en el cual se hunde con cada vez más rapidez. No adelanta de nada criticar al Intendente, porque es querer tapar el sol con el dedo. Reconozcan cuál es la realidad, así no tardará en aparecer la solución.
Juan Antonio Montes Varas