Hace ya 42 años comenzaba a manifestarse la penetración en los ambientes misioneros del «progresismo católico» de una ideología tribalista rumbo al estructuralismo moderno. Hoy trata de imponerse a la Iglesia y a todo el mundo contemporáneo.

Al leer el título de este artículo el lector se preguntará quién es el loco que defiende esta idea. En nuestro tiempo, los mayores absurdos son acogidos como si se tratara de la expresión de la más profunda sabiduría.

Y este absurdo alcanza toda su gravedad y relevancia cuando se pretende aplicarlo a la religión.

Un botón de muestra

Por ejemplo, ¿qué decir de la siguiente declaración?

“La evangelización es capaz de descubrir la presencia de Cristo en el grupo tribal, el cual vive de manera más cristiana que nosotros, con nuestro bautismo y con nuestra práctica religiosa. Sin profesar el nombre de Cristo, los indios viven mucho más en la plenitud de vivencia anunciada por Cristo como una buena nueva de liberación que nosotros que vivimos como paganos unos con relación a los otros”.

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Ya no extraña, en estos días del Sínodo Amazónico, que se pueda afirma que debemos aprender de los indios, incluso en materia religiosa.

Sin embargo, se trata en realidad de una declaración de Don Tomás Balduino, Obispo de Goiás (Brasil) y Presidente del Consejo Indigenista Misionero (CIMI), al semanario “Opinión”… hace 42 años, en 1977. Para el Obispo D. Tomás Balduino, “el indio no solo es evangelizado, sino también es capaz de evangelizarnos”.

Ya en el Antiguo Testamento encontramos este aforismo: Nihil novum sub sole, no hay nada nuevo bajo el sol.

Una transformación profunda

Pero, podemos preguntarnos, ¿desde cuándo imperan estas ideas entre autoridades de la Iglesia Católica?

El estudio que les ofrecemos, denuncia también hace 42 años, la penetración en los ambientes misioneros del «progresismo católico» de una ideología tribalista rumbo al estructuralismo moderno.

Hoy, esa ideología tribalista del «progresismo católico» trata de imponerse a todo el mundo.

La lectura de este libro le dará una visión más profunda de hacia dónde pretenden llevar a la Iglesia y al mundo actual estos iluminados “progresistas”.