Incluso aquellos que defienden el liberalismo, como David Brooks,
admiten que las sociedades liberales, centradas en el individuo
autónomo, son "tibias", "solitarias" y "aburridas".
Editorial de New York Times, señala que el liberalismo descuida "las
virtudes más elevadas, como el coraje, la lealtad, la piedad y el amor
abnegado".
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Si la sociedad liberal prosperó en ocasiones fue porque, además de sus
sistemas específicos, la infraestructura moral de un orden cristiano
sobrevivió en ella y la sostuvo. La crisis que enfrenta hoy este
sistema deriva también del agotamiento de las virtudes y del
desmoronamiento de las instituciones heredadas de la antigua
civilización cristiana que impidieron su colapso.
Pero cuando suceda, ¿qué quedará de ello?
Nada. El regreso a la Civilización Cristiana será la única manera de
volver a la cima.
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