El Estado nunca puede sustituir a la familia, especialmente en la formación de los niños.
El sociólogo Carle Zimmerman señala que “el padre que impide que el bebé se trague un imperdible, lo mantiene lejos de lugares altos, advierte al niño todos los días sobre el cuidado al cruzar la calle”, y otras funciones de protección, “hace más protegiendo a un miembro de la familia que todo el cuerpo de policía de los Estados Unidos puede hacer por el niño en toda su vida pre-adulta”.
Dos concepciones de la Sociedad: Familia de familias o campo de concentración
De manera similar, el padre que mantiene al niño lejos del “agua hirviendo, de los fósforos, de circuitos eléctricos, estufas (leña, gas, y electricidad) y chimeneas” hace más por protegerlo del peligro que el departamento de bomberos local.
De hecho, se llega a la conclusión de que las “actitudes y comportamientos religiosos y morales de los padres, todavía tienen diez veces más influencia sobre el comportamiento en relación a los valores de los jóvenes que el resto de las instituciones de ‘moral’ juntas.” (Carle C. Zimmerman, Family and Civilization, ISI Books, Wilmington, Del., 2008, p. 196).
Fuente: Return to Order
Para las ideologías ateas el Estado es «Dios», «omnisciente» y «omnipresente», y por tanto facultado para meterse en la conciencia y en la vida privada de las personas, violando el derecho fundamental de los padres con relación a la educación de los hijos.
Es parte de una estrategia para adoctrinar a los niños desde su más tierna infancia y perpetuarse en el poder…
Si bien el Estado es algo importante, esta calidad descansa en su rol utilitario, pues es útil tener un ente que aglutine cierta organización para dotar al individuo de seguridad y de un medio de solución de controversias. Cualquier otro fin se entromete en esferas de competencia de las personas.
La familia, es la forma de unión natural entre hombres y mujeres y, a mi juicio, fuera de cualquier connotación religiosa, propone un standard de mayor valor cuando se ha solidificado mediante el matrimonio.
Por lo anterior, me parece adecuada la política pública que, explicando los atributos de esta unión, la favorece y promociona… todo lo contrario a lo perpetrado en los últimos años, desdeñándola en desmedro de uniones menos sólidas.
La Familia es la verdadera unidad del estado y es màs importante que el estado; el estado existe para la Familia, no la Familia para el estado. Sin Familia no hay estado, volvemos al principio, volvemos a la selva que nuestros ancestros abandonaron hace miles de años.
Menos estado, màs Familia