«Según el orden natural de las cosas, las élites de un pueblo, y de modo particular las que representan, perpetúan y actualizan la tradición, constituyen como la quintaesencia, la expresión más alta y más típica de las cualidades nacionales.
“Las élites verdaderas no forman por lo tanto un cuerpo de gozadores egoístas que acaparan en beneficio propio, todas las ventajas y todas las cualidades en detrimento de la masa embrutecida y hambrienta.
“Ellas forman parte del pueblo – en el sentido genial que Pío XII dio a la palabra – viven de la misma savia, tienen en grado eminente y para el bien de todos, las cualidades que exhala toda la nación, y están para ésta como la flor para el vástago, o la cabeza para el cuerpo».
Plinio Corrêa de Oliveira