El genial arquitecto que diseñó el actual palacio de Westminster fue Welby Pugin, un calvinista que debió su conversión al Catolicismo a su admiración por la arquitectura medieval. La arquitectura es portadora de símbolos.
Símbolo del poder desde hace más de mil años, el Parlamento británico se está hundiendo en el barro del Támesis, lo que ha provocado ya una notoria inclinación de la Torre del Reloj, el Big Ben.
El hundimiento es causado en parte por décadas de vibraciones producidas por el paso del metro bajo el Palacio de Westminster, edificio que data del siglo XVI, aunque fue reconstruido en el siglo XIX por el genial arquitecto que cuya vida comentamos.
Los expertos aseguraron entonces que, pese a esa inclinación, apenas perceptible para un observador atento, la torre no corre peligro de caerse.
El Palacio de Westminster sirvió inicialmente como residencia real, pero ningún monarca lo ha habitado desde el siglo XVI.
¿Quién fue el arquitecto genial que diseñó Westminster?
Su nombre era Welby Pugin. Hijo de un arquitecto francés de origen noble, emigrado a Inglaterra durante la Revolución francesa de 1789. Nació en Londres, el 1.º de marzo de 1802.
Educado por su madre inglesa en un rígido calvinismo, debió su conversión al Catolicismo a su admiración por el arte medieval.
Aprendió el catolicismo en las catedrales
En 1834, Pugin tomó la decisión de ingresar en la Iglesia Católica. Así describe los motivos que le llevaron a ello:
“Quedé totalmente convencido de que la Iglesia Católica, Apostólica, Romana es la única verdadera. Aprendí las verdades de la Iglesia Católica en las criptas de las viejas iglesias y catedrales europeas. Busqué verdades en la moderna iglesia de Inglaterra y descubrí que ella, desde que se separó del centro de la unidad católica, tenía poca verdad y ninguna vida. De ese modo, y sin que hubiese conocido a un solo sacerdote, ayudado sólo por la gracia y la misericordia de Dios, resolví entrar en su Iglesia”.
Una conversión heroica
No fue fácil para un muchacho de diecinueve años y al comienzo de una brillante carrera, adoptar esa decisión. Sabía que eso significaba la pérdida del trabajo y de la posición social. Pero él lo quiso realmente así.
Se hizo católico y se dedicó de cuerpo y alma al renacimiento del gótico en Inglaterra pues, decía él, era el único arte que consideraba realmente cristiano. A pesar de que su obra fue ocultada, llegando a borrar su nombre de las fachadas de los edificios que hizo, su estilo inconfundible está estampado en Westminster en la fachada que da hacia el río y en la torre del Big Ben.
Monumentos que reflejan las cualidades de un pueblo
Su obra como arquitecto se extendió a Inglaterra, en capillas o iglesias monumentales, y también está presente en varios monumentos de Europa continental.
La arquitectura y el gregoriano
Pugin no sólo se dedicó al renacimiento del gótico en la arquitectura, sino que también hacía que las ceremonias sagradas en las iglesias que construyó fueran llenas de pompa y que sólo se tocara música gregoriana.
Una testigo que asistió a la misa inaugural de la capilla de Oscott, afirma que se sentía en un ambiente de sueño cuando la luz del sol comenzó a entrar a través de los vitrales, haciendo que las paredes relucieran de oro y púrpura.
Decía que la arquitectura y la religión para él estaban estrechamente unidas y se enorgullecía cuando lo llamaban «arquitecto católico». Tuvo una vida muy corta, no llegando a los cuarenta años. Fue profundamente odiado por sus contemporáneos protestantes y también por un no pequeño número de eclesiásticos católicos, que lo consideraban anti‒moderno y de espíritu medieval.
La arquitectura es portadora de símbolos. Esta conversión nos muestra la importancia de que las iglesias simbolicen los principios católicos.