Una de las mayores historias de exploración fue un fracaso rotundo. El viaje desafortunado barco Endurance nunca llegó a su destino. Sin embargo, la historia de su heroico capitán, Sir Ernest Shackleton, sobrevive como una inspiración conmovedora para todos los tiempos.

La expedición de 1914 trató de ser la primera en cruzar la Antártida. Fracasó cuando el Endurance quedó atrapado en el hielo durante diez meses, antes de ser aplastado por él. El barco se hundió y la tripulación estuvo a la deriva sobre témpanos de hielo durante otros cinco meses antes de escapar en pequeños botes a la cercana Isla Elefante. Sir Ernest y cinco miembros de su tripulación llegaron más tarde a la isla de Georgia del Sur después de un viaje de 16 días y 800 millas en un bote salvavidas abierto en medio de mares traicioneros. Regresó para rescatar a los 21 tripulantes restantes después de tres intentos fallidos.

La audaz aventura volvió a los titulares recientemente cuando un rompehielos con base en Sudáfrica encontró los restos del Endurance a 10,000 pies debajo de la superficie en el Mar de Weddell, en la Antártida. El descubrimiento del 5 de marzo emocionó al mundo con imágenes del barco de madera en un asombroso estado de conservación, más de 106 años después del hundimiento.

Los detalles técnicos del hallazgo son fascinantes. Sin embargo, el descubrimiento tiene un mensaje simbólico para un mundo sumido en la mediocridad. La búsqueda del Endurance contiene una lección que puede servir para despertar sentimientos de heroísmo, tan necesarios en estos tiempos.

Un abandono del heroísmo

El barco hizo honor a su nombre, Endurance: simbolizaba una resistencia increíble. Su historia muestra cómo un pequeño grupo de hombres desafió a los elementos y llegó a los límites extremos del esfuerzo humano frente a la adversidad. Este es el material de las leyendas que solían inspirar al sacrificio, al heroísmo y la virtud. Figuras como Sir Ernest Shackleton fueron consideradas dignas de imitación.

Sin embargo, los tiempos pos-modernos destruyen gradualmente el apetito por las hazañas heroicas llenas de peligros. La cultura materialista actual glorifica la comodidad, la seguridad y la salud. La gente se encierra en sí misma para concentrarse en las cosas triviales y mediocres de la vida cotidiana. En lugar de grandes horizontes, la gente se entrega a los placeres y vicios con toda la pasión de su ser. Por esta razón, la sociedad se encuentra en el actual estado de crisis.

Pocos prefieren la opción de las empresas sublimes y audaces, que quedan relegadas a las arriesgadas aventuras pasadas de santos, héroes y poetas, que toda persona “sensata” evita. De hecho, las virtudes y cualidades de Sir Ernest y su tripulación se encuentran como enterradas a 10,000 pies de profundidad en el océano. Nadie quiere soportar el sufrimiento, el sacrificio y los peligros para salir de esa tumba de agua.

Y así, estas cosas quedarían ocultas si se dejaran al curso natural de una sociedad decadente.

Un anhelo que no puede ser reprimido

Sin embargo, la lección simbólica del hallazgo del Endurance demuestra lo contrario. La naturaleza humana nunca puede estar satisfecha con una existencia mediocre y una vida sin propósito ni desafío. La búsqueda de empresas sublimes y heroicas no puede ser reprimida. Debe encontrar formas de expresarse. Las almas cobran vida cuando están en contacto con ellas.

La verdadera noción de heroísmo

Hay un anhelo del alma pos-moderna que busca en lo más profundo de la sociedad esos tesoros escondidos, perdidos, que dan sentido y propósito a la vida. La épica búsqueda y hallazgo del Endurance emocionó al mundo y sirvió como una señal de que estas cosas existen y aún pueden inspirar almas para grandes hazañas.

En el fondo de las almas, el heroísmo, el sacrificio y la virtud aguardan como el Endurance en excelente estado de conservación a quienes se atrevan a buscarlas.

Asaltado por la realidad

El caso del Endurance es solo uno de los muchos llamados para salir de la mediocridad. Asaltados por la terrible realidad del desierto posmoderno, muchos sienten ahora el vacío social y psicológico del itinerario actual y están buscando alternativas.

Sorprendentemente, expresan un deseo, un anhelo y una admiración por las tradiciones que fueron rechazadas, las narrativas olvidadas y el arte sublime. Desde el canto gregoriano hasta las cervezas especiales y la arquitectura gótica, manifiestan una sorprendente apertura a los maravillosos frutos de la civilización cristiana. Algunos hacen sacrificios increíbles para volver a la tradición y rechazar las abominaciones modernas. Otros encuentran al Único Dios Verdadero después de un largo viaje en medio de la tribulación.

Estas son las semillas que inspiran grandes hazañas. Ellas convencen a las personas a abandonar su amor propio y sacrificarse por los demás. Abren los horizontes con una invitación a ser los héroes y santos que tanto se necesitan hoy. El mundo necesita nuevos Shackleton para inspirar un regreso al orden. El hallazgo simbólico del Endurance , a pesar de todo, demuestra que este nuevo mundo es posible.

Una Endurance (resistencia) espera en los corazones de todos los que se atreven a mirar más allá de sí mismos y resucitar esas virtudes abandonadas hace mucho tiempo. Es la recompensa de todos los que abrazan a ese Dios siempre antiguo, siempre nuevo, que siempre ha inspirado las grandes epopeyas de la historia.

Por John Horvat