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¡Este mercado nocturno, bajo la luz de la luna, nos presenta una escena increíble!
Las velas sobre sus candeleros iluminan las mercaderías y hacen brillar los rostros. Cada personaje parece tener una historia.
Cristiandad: sacralidad del orden temporal
En primer plano, una vendedora ofrece pescado y en el siguiente puesto un hombre vende pan de especias. Un cantante callejero pone a su hija sobre su organillo. ¡Hay mucho que ver en este cuadro!
La cortesía, las buenas maneras estructuran una sociedad que sigue siendo como un cuerpo vivo, donde cada miembro ocupa el lugar que le es propio, ella no se basa en los celos y el individualismo.
Petrus van Schendel produjo una obra fecunda y variada. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Amberes desde los 16 años, y después se instaló en Bruselas en 1845. Se casó tres veces y tuvo quince hijos. Se trató temas bíblicos, realizó retratos, pintó paisajes, marinas y estas maravillosas escenas nocturnas, en interiores y exteriores, donde la luz de las velas permite ejecutar estos fascinantes claroscuros.
