Los sencillos objetos de nuestra casa, con los que convivimos familiarmente, pueden tener un considerable poder evocativo. Es necesario detenerse y observar.
“La belleza en lo cotidiano nos conduce a Dios”
Al analizarlos, podemos descubrir en ellos un considerable poder evocativo. Es cuestión de saber parar un poco y prestar atención.
Es lo que Plinio Correa de Oliveira nos sugiere en este artículo.