Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Un año que termina y otro que comienza. Es un marco en la historia de la humanidad, del País, de la familia y de cada individuo, de cada uno de nosotros.
Sí, cada uno tendrá una mirada para lo que quedó atrás en este año, y una mirada incierta sobre un futuro que se abre para el 2014.
Y junto con esa mirada hacia atrás es lógico que cada uno haga su propio examen de conciencia si lo que hizo estuvo de acuerdo a lo que debería haber hecho. Si dio de sí todo lo que debería haber dado, si ayudó a quienes lo rodean como debería haber ayudado.
Ahora, tales preguntas, que son muy lógicas desde el punto de vista individual, también lo son desde el punto de vista de los conjuntos de individuos; de las familias, de los países, de los conjuntos de naciones.
Se puede decir que el año 2013 transcurrió lleno de acontecimientos y simultáneamente muy vacío; en él hubo tanta agitación y todo quedó de tal manera igual, que del tumulto de los hechos, al mismo tiempo graves e inocuos que lo llenaron, sólo nos quedará una impresión al pasar el día 31 de diciembre para el 1° de enero: ¿ya se acabó el año?
Sí, yo creo que también para Ud., debió quedarle ese sabor amargo de un año que pasó rápido, que nos agitó mucho, en el cual fue difícil sobrevivir, y que sentimos su fin, con un alivio y con sorpresa por la rapidez con la cual transcurrió el tiempo.
Quedó poco espacio para pensar, poco tiempo para meditar, poco tiempo para degustar los placeres ordenados de la vida, poco tiempo para compartir con nuestros seres queridos, poco tiempo para observar las cosas que nos rodean. En una palabra poco tiempo para vivir nuestra propia vida interior, con nuestra propia alma.
El ajetreo de las mil ocupaciones, de las preocupaciones, de los negocios que pueden darnos ganancias o llevarnos a la ruina, de las tarjetas de crédito que debemos pagar a fin de mes, de las mil noticias que recibimos en nuestros sofisticados aparatos receptores de noticias, de las guerras, terremotos y maremotos que asolaron distintas partes del mundo; en una palabra, de las mil preocupaciones de que está hecha la vida de cada uno, que la mayor parte de la vida de la generalidad de las personas fue mucho más vuelta hacia lo que nos rodea que para el interior de cada uno.
Ud. me preguntará, si esto lo consideramos bueno o malo, si no es natural que la vida esté vuelta hacia lo que nos rodea, o si la debemos centrar principalmente en nosotros mismos.
Como en todas las cosas, la respuesta correcta a esta pregunta… (Le recomendamos escuchar el audio)