Hoy en día, la Teología de la Liberación, de la cual tanto se habló en los años 70 y 80, y que parecía estar muerta, ha vuelto a las noticias. ¿Qué es la teología de la liberación?
«Hoy parece claro que el propósito de la Iglesia no es salvar en el sentido de «garantizar el Cielo».
«La obra de la salvación es una realidad que ocurre en la historia…. la Iglesia debe ser «reconvertida» al servicio de los trabajadores en la lucha de clases. » 1
Estas declaraciones están extraídas del libro, Teología de la Liberación, del Padre Gustavo Gutiérrez Merino, un sacerdote peruano que es considerado el fundador de la llamada Teología de la Liberación.
En pocas palabras, la Teología de la Liberación es una corriente de teólogos activistas, que tratan de transformar las estructuras de la Iglesia y de la sociedad, basada en una interpretación dialéctica marxista de las Escrituras.
De modo paralelo, se esfuerzan por establecer una Iglesia igualitaria ‒sin distinción entre la jerarquía, el clero y los fieles‒ y de una sociedad socialista sin clases, sin propiedad privada, y que presentan como siendo el Reino de Dios en la Tierra.
Su principal herramienta para lograr esto son las Comunidades Eclesiales de Base. [2]
Fermentación marxista en los círculos católicos
Con su libro Teología de Liberación de 1971, el Padre Gutiérrez es considerado generalmente como el fundador de esta corriente político-religiosa.
De hecho, sin embargo, la fermentación marxista en los círculos católicos había estado ocurriendo durante mucho tiempo, especialmente dentro del movimiento de la Acción Católica.
Por ejemplo, en Brasil, ya a finales de los años 50, la Juventud de Acción Católica se había unido a la Juventud del Partido Comunista para dominar la política estudiantil.
En 1962, estos jóvenes católicos ya adultos fundaron un movimiento político, la Ação Popular, que se metamorfoseó en los movimientos marxistas revolucionarios de los años 60 y 70. [3]
No fue coincidencia que, antes de entrar en el seminario, el Padre Gutiérrez era miembro de la Acción Católica en el Perú y que se convirtió en su capellán, después de su ordenación.
Habiendo recibido su formación teológica en Europa, fue influenciado por teólogos progresistas franceses y alemanes («Nouvelle Théologie«), así como los revisionistas bíblicos protestantes, especialmente Rudolf Bultmann.
Utilizar la religión para llegar al socialismo
El punto de vista de Gutiérrez es simple: la lucha de clases es la fuerza motriz de la historia; esta lucha impregna a la sociedad civil y a la Iglesia y, por lo tanto, el teólogo debe comprometerse con esta lucha con el fin de conocer la verdad a través de la acción y para «salvar» y «liberar» al hombre de las estructuras opresivas y establecer una sociedad socialista sin clases.
Veamos algunas citas más de su obra de 1971:
«… la lucha de clases es un hecho, y la neutralidad en este asunto es imposible». [4]
«… no hay nada más cierto que un hecho. Ignorarlo es engañar y dejarse engañar y, además, privarse de los medios necesarios para eliminar verdadera y radicalmente esta condición ‒es decir, avanzar hacia una sociedad sin clases«. [5]
«Participar en la lucha de clases no sólo no se opone al amor universal; hoy en día, este compromiso es el medio necesario e ineludible para tornar este amor concreto, ya que esta participación es lo que conduce a una sociedad sin clases, una sociedad sin propietarios y desposeídos, sin opresores y oprimidos”. [6]
«… la misión de la Iglesia se define práctica y teóricamente, pastoral y teológicamente, en relación con… el proceso revolucionario. Es decir, su misión se define más por el contexto político que por problemas intraecclesiales”. [7]
«… la lucha de clases existe dentro de la misma Iglesia … la unidad de la Iglesia se considera con razón … un mito que debe desaparecer si la Iglesia es «reconvertida» al servicio de los trabajadores en la lucha de clases». [8]
Una interpretación marxista de la Teología
En marzo de 1983, la Congregación para la Doctrina de la Fe analizó el libro de Gutiérrez, en el documento Diez observaciones sobre la teología de Gustavo Gutiérrez.
La principal objeción de la Congregación, de la cual todas las otras censuras se derivan, es que el marxismo «es el principio determinante del cual Gutiérrez parte para reinterpretar el mensaje cristiano«. [9]
En su tesis doctoral de filosofía en la Universidad de Notre Dame sobre el pensamiento de Gustavo Gutiérrez, Raymond Bautista Aguas resume el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe de la siguiente manera:
«El primer tema es que la CDF (Congregación de la Doctrina de la Fe) afirma que Gutiérrez sufre de un sesgo y/o interpretación marxista.
«La segunda es que la Congregación señala fallas en la metodología de Gutiérrez.
«La tercera es que la Congregación acusa a Gutiérrez de poner demasiado énfasis en la dimensión humana en detrimento o incluso exclusión de lo divino….
El documento de CDF establece claramente que Gutiérrez es marxista…. La CDF también señala que la metodología de Gutiérrez bajo muchos aspectos de su teología es errónea.
Por ejemplo, sostiene que Gutiérrez utiliza una hermenéutica bíblica defectuosa. La Biblia es releída selectivamente, y a ciertos eventos se les da una importancia especial.
Más importante aún, estos eventos, como en el Éxodo, son interpretados de modo exclusivamente político.
Otro ejemplo que da la Congregación es la prioridad dada por Gutiérrez a la ortopraxis sobre la ortodoxia. La experiencia de Dios en la lucha por la justicia social es privilegiada como medio para recibir la revelación, en detrimento de la enseñanza de la Iglesia». [10]
La teología se convierte en la praxis revolucionaria
En 1984, poco antes que la Congregación para la Doctrina de la Fe publicara famoso documento titulado, “Instrucción sobre algunos aspectos de la ‘Teología de la Liberación«, [11] el entonces cardenal Ratzinger, Prefecto de dicha Congregación, en su calidad de teólogo privado, escribió una evaluación de la Teología de la Liberación marxista.
A pesar de no mencionar al Padre Gutiérrez, el cardenal Ratzinger extrae algunas citas de su libro y resume su pensamiento.
Después de mostrar la influencia de Bultman, presenta los aspectos marxistas de esa teología:
«El concepto fundamental de la predicación de Jesús es el ‘Reino de Dios’. Este concepto está también en el centro de las teologías de la liberación, pero leído sobre el trasfondo de la hermenéutica marxista.
«De acuerdo con uno de estos teólogos, el Reino no debe entenderse de una manera espiritualista o universalista, ni en el sentido de una eventualidad escatológica abstracta. Debe ser entendido en términos partidistas y con miras a la praxis….
«La palabra redención es ampliamente sustituida por liberación, que es vista, en el contexto de la historia y de la lucha de clases, como un proceso de liberación progresiva.
«Absolutamente fundamental, por último, es el énfasis sobre la praxis: la verdad no debe ser entendida metafísicamente, porque eso sería «idealismo”. La verdad se realiza en la historia y su praxis. La acción es la verdad.
«Por lo tanto, incluso las ideas que se emplean en dicha acción son en última instancia, intercambiables. La praxis es el único factor decisivo. La única ortodoxia verdadera es por lo tanto la ortopraxis«. [12]
Una teología de la liberación ortodoxa?
De acuerdo a los documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en principio, podría existir una teología de la liberación no marxista, ortodoxa. Pero para que esto funcione sería necesario echar por la borda los principios fundamentales de esta teología, que es la sustitución de la reflexión teológica por la praxis revolucionaria y el principio de la lucha de clases.
Ahora bien, hasta el día de hoy no hay registros de una teología de la liberación que haya hecho esto.
El mismo Padre Gutiérrez, quien trató de adaptar su libro a las directrices de la Santa Sede mediante la eliminación de las referencias a Karl Marx, no ha rechazado el concepto de lucha de clases ni la llamada ortopraxis.
Sarah Kleeb, que estudió el pensamiento de Gutiérrez y la edición revisada (1988) de su libro, hace el siguiente comentario:
«Mientras que Gutiérrez hace todo lo posible para distanciarse de Marx … esto parece estar hecho sólo de manera simbólica, y que su concepto de la injusticia sigue siendo contundente incluso a la luz de sus modificaciones en la metodología». [13]
De hecho, Kleeb demuestra que Gutiérrez se ha mantenido fiel al principio de la lucha de clases, pero citando al episcopado francés en lugar de citar a Marx directamente. Y ella comenta:
«Sin embargo, la diferencia entre esta comprensión de la lucha de clases y la interpretación marxista de esta lucha no está clara. Ambos reconocen la existencia de la lucha de clases, sus orígenes entre las minorías codiciosas, y la necesidad de una resolución.
«Al parecer, la divergencia real sólo radica en la inspiración para tal acción ‒como para Marx, la lucha de clases debe ser decidida por el bien de la humanidad; mientras que en el marco antes mencionado, debe ser determinada por el bien de la fe correcta. A pesar de sus puntos de origen, sin embargo, los objetivos de cada uno son uno y los mismos». [14]
Sólo la verdad nos hace libres
«La verdad os hará libres» (Juan 8:32), dijo Nuestro Señor.
En vano se buscaremos la liberación fuera de esta verdad que es el mismo Salvador (cf. Juan 14:16), o fuera «de la Iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad» (1 Tim. 3:15).
Anclado en estos fundamentos, el supremo magisterio de la Iglesia Católica nos sirve de guía y nos lleva a la salvación. Sin estos fundamentos, los «teólogos de la liberación» hacen el trabajo de quien no permaneció en la verdad y que es el padre de la mentira, el Diablo y Satanás (cf. Juan 8:44)
En este momento de extrema confusión, permanezcamos fieles a la fe de nuestros padres, en vez de correr atrás de novedades mentirosas.
Luiz Sérgio Solimeo, American TFP
Nota: El original de este artículo es de 2012. Lo reproducimos hoy por la actualidad de muchas de sus tesis
[1] Gustavo Gutiérrez, Teología de la Liberación (Nueva York: Orbis Books, 1973), pp 255, 277.
[2] Cf. Plinio Corrêa de Oliveira, Gustavo Antonio Solimeo, Luiz Sérgio Solimeo, As CEBs… das quais muito se fala, pouco se conhece – A TFP as descreve como são (São Paulo: Editora Vera Cruz, 1983), 4ª Ed.
[3] Cf. Ação Popular, http://www.pucsp.br/cedic/colecoes/acao_popular.html; Sebastião Nery, A UNE no açougue, http://www.sebastiaonery.com.br/visualizar.jsp?id=1953
[4] Ibid., 274
[5] Ibid., p.274
[6] Ibid., p.276
[7] Ibid., p.138
[8] Ibid., p. 277
[9] Ten Observations on the Theology of Gustavo Gutiérez, no. 2, quoted by Raymond Bautista Aguas, Relating Faith And Political Action: Utopia In The Theology Of Gustavo Gutiérrez, p. 161. http://etd.nd.edu/ETD-db/theses/available/etd-07202007-124112/unrestricted/AguasRB072007.pdf. (Destaques nuestros)
[10] Aguas, Relating Faith And Political Action, pp. 161-162
[11] Congregation for the Doctrine of the Faith, Instruction Libertatis Nuntius on Certain Aspects of the Theology of Liberation, Aug, 6, 1984, at http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19840806_theology-liberation_en.html
[12] The Ratzinger Report: An Exclusive Interview on the State of the Church By Pope Benedict XVI, Vittorio Messori, Ignatius Press, 1985, pp. 183, 185
[13] Sarah Kleeb, Envisioning Emancipation: Karl Marx Gustavo Gutierrez, and the Struggle of Liberation Theology, http://utoronto.academia.edu/SarahKleeb/Papers/84048/Envisioning_Emancipation_Karl_Marx_Gustavo_Gutierrez_and_the_Struggle_of_Liberation_Theology.
[14] Sarah Kleeb, op. cit.