El heroísmo no es solo correr el riesgo de perder la vida o el peligro de perder su integridad física. La verdadera noción de heroísmo es enfrentar un gran dolor o una gran desgracia. Esto caracteriza al héroe.
Dos ejemplos incomparables de heroísmo
Los dos ejemplos más grandes de la historia son Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora.
Muchos pueden pensar que quien no arriesgó su vida y no luchó físicamente no puede ser un héroe.
Este es un falso enfoque que debemos sacar de nuestra cabeza. Ciertamente, cualquiera que lucha con las armas en la mano puede ser un héroe. Pero la doctrina católica nunca ha aceptado la tesis de que ésta es la única forma de heroísmo.
¿Qué es el heroísmo? El heroísmo no es solo el acto por el cual el hombre corre el riesgo de perder la vida o el peligro de perder su integridad física. El heroísmo es el acto por el cual el hombre se enfrenta a un gran dolor o a una gran desgracia. Esto caracteriza al héroe.
Hay dolores morales, como existen dolores físicos. A veces el dolor moral atormenta incomparablemente más que el dolor físico. Y enfrentar el dolor moral es a menudo incomparablemente más que enfrentar el dolor físico.
El dolor físico y el dolor moral
En la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo tenemos un ejemplo de la heroicidad que hay en enfrentar los dolores morales. Su Pasión se divide claramente en dos partes. Una es la Agonía y otra es de hecho la Pasión, en la que es arrestado, torturado y luego crucificado.
En la Agonía desplegó un verdadero y perfecto heroísmo, en el más alto sentido de la palabra. Todo el sufrimiento moral causado por los pecados de la humanidad, por la ingratitud de la humanidad, por la maldad de la que iba a ser víctima, etc., todo este sufrimiento le llevó al punto de pedir a Dios que apartara ese cáliz si era posible. Es decir, llegó a sudar sangre ante la perspectiva de lo que iba a suceder.
¿Es o no un verdadero heroísmo el de Nuestro Señor el aceptar la perspectiva del dolor y del sufrimiento, ese dolor moral hasta el punto que lo llevó en el Huerto de los Olivos? Ciertamente, es un verdadero y auténtico heroísmo, aunque no haya luchado físicamente con nadie. Pero decidió aceptar la certeza del tormento y de la muerte.
Nuestro tiempo necesita católicos heroicos
Sin embargo, lo que más le hizo sufrir fue la inutilidad del sacrificio para los que no responderían a la gracia y acabarían perdiéndose, pero a pesar de esto decidió hacerlo.
Esta deliberación de morir, a pesar de esto, es una deliberación heroica. Este dolor de alma es un dolor real, aunque no estuvo combatiendo físicamente.
El sufrimiento moral de la Santísima Virgen María
Pero aún así, dirán: “Pero ofreció el riesgo de Su vida, y éste es un elemento integral del heroísmo.
Sin duda fue así, pero Nuestra Señora no lo ofreció. Nadie tocó a Nuestra Señora. Su sufrimiento fue todo, de principio a fin, un sufrimiento moral, sin ningún sufrimiento físico. Ahora, la Iglesia la llama, la invoca y la aclama como Regina Martirum. Es decir, ella es la Reina de todos los mártires. Porque aunque Ella no sufrió físicamente, nadie después de Nuestro Señor Jesucristo, en toda la historia del mundo sufrió lo que sufrió Nuestra Señora, por la Pasión y Muerte de Su Hijo.
El heroísmo en la vida de todos los hombres
Debemos ver que tener la fuerza de alma para soportar cosas terribles, soportar decepciones, soportar calumnias, soportar frustraciones, soportar, en fin, todo lo que el hombre puede soportar en la vida, tener esa fuerza de alma es verdadero heroísmo; y que es una simpleza imaginar que es solo un héroe quien lucha con armas en la mano.
Adaptación de trecho de conferencia: «São Pio V:O Heroísmo do sofrimento moral«
