Muchos sobrevalorizan la juventud del cuerpo. Sin embargo, hay una juventud del alma, que es más importante. Para Mac Arthur, «No se envejece por haber vivido muchos años, se envejece por haber desertado de un ideal».
*La juventud no es un período de la vida. Es un estado de espíritu, es el producto de la voluntad.
Una cualidad de la imaginación y una intensidad emotiva, es la victoria del coraje sobre la timidez, de la aventura sobre el confort.
No se envejece por haber vivido muchos años, se envejece por haber desertado de un ideal.
Los años arrugan la piel, pero renunciar a un ideal arruga el alma.
Las preocupaciones, las dudas, los temores y la falta de esperanza, son los enemigos que lentamente nos hacen inclinarnos hacia la tierra y convertirnos en polvo antes de la muerte.
Joven es aquel que se asombra y se maravilla.
El que se pregunta como un chico insaciable ¿y después?.
El que desafía los acontecimientos y encuentra alegría en el juego de la vida.
Uno es tan joven como su fe y tan viejo como su duda.
León XIII: la Civilización Cristiana realizó ideal de perfección social
Tan joven como su confianza en sí mismo, como su esperanza y tan viejo como su abatimiento.
Se continúa siendo joven mientras se es receptivo.
Receptivo a algo que es bello y grande.
Receptivo a los mensajes de la naturaleza, del hombre y del infinito.
Si alguna vez tu corazón es mordido por el pesimismo, o carcomido por el cinismo, quiera Dios tener piedad de tu alma vieja.
- Escrito por el General Douglas Mac Arthur en 1945