Los versos de Gonzalo de Berceo que trascribimos, pueden ayudarnos y alentarnos en las luchas y sinsabores que cotidianamente tenemos que enfrentar.
A pesar de lo que muchas personas piensan, optimistas o inconscientes, la vida es un peregrinar por un sendero, sembrado de piedras y espinos. Llena de pruebas y dificultades que hacen sufrir a los hombres, produciéndoles no raras veces cansancio y desaliento.
Tiempo atrás encontré unos versos de Gonzalo de Berceo que pueden ayudarnos y alentarnos en estas luchas y sinsabores que cotidianamente tenemos que enfrentar.
A continuación reproducimos algunos trechos de la bonita metáfora que el poeta nos presenta en una de sus obras, refiriéndose a la Santísima Virgen. Nos relata que:
“…yendo en una romería me encontré en un prado
verde y fragante y de flores muy poblado
un lugar codiciable para el hombre cansado.Daban olor soberbio las flores bien olientes
refrescaban el rostro y el alma de las gentes
De las piedras brotaban aguas claras corrientes
En verano muy frías, en invierno calientes. (…)
Continúa el autor hablando del maravilloso canto de los pájaros, del que dice el autor “que nunca oyeron los hombres instrumentos más templados” Y prosigue:
“Este prado que menciono tenía otra bondad
Ni el frío ni el calor le restaban beldad
Siempre lucía verde en toda su integridad
No perdía su verdor por ninguna tempestadCuando me eché a tierra y quedé recostado
De todas mis fatigas me sentí liberado
Olvidé mis pesares y el cansancio pasado
¡Si allí morase, sería bienaventurado” (…)
La Santísima Virgen destruyó todas las herejías
Después el autor dice también que hombres y aves se llevaban cuantas flores querían, sin por ello hacer mengua alguna al prado. Nos habla de los frutos dulces y llenos de sabor que allí se encontraban, y dice que este lugar se asemejaba al Paraíso. Luego explica el significado de la metáfora:
“Amigos y señores, ahora examinemos:
oscura es la palabra y explicarla queremos
quitemos la corteza y a la médula entremos
tomemos lo de adentro y lo exterior dejemos.Todos los que vivimos y en nuestros pies andamos
aunque en prisión estemos o en el lecho yazgamos
todos somos romeros que el camino vamosSan Pedro ya lo dijo y con él lo probamos
Cuantos aquí vivimos, en lo ajeno moramos
el eterno descanso en el Cielo encontramosEntonces, sólo entonces, el viaje terminamos
Cuando hacia el Paraíso nuestra alma enviamosEn esta romería tenemos un buen Prado
en el que halla alivio todo peregrino cansado
alivio que es la Virgen, la del Crucificado
esa Madre que es madre del mayor ensalzado (…)La sombra de los árboles, bondad y lozanía
en que encuentra refugio toda romería
son aquellas plegarias que hace Santa María
que por los pecadores ruega a Dios noche y día (…)Volvamos a las flores que engalanan el Prado
que lo hacen tan hermoso, apuesto y moderado
Las flores son los nombres que le ha dedicado
a la Virgen María su siervo enamorado (…)
Explica el autor que las aves representarían a los santos, y habla del “ruiseñor que cantó con fina maestría”, para referirse al Profeta Isaías. Prosigue:
Ella es la fuente misma donde todos bebemos
y es también el manjar de que todos comemos
Es el puerto seguro donde nos guarecemos
y el umbral amoroso por donde entrar podemos (…)Con justicia también es llamada Sión
porque es nuestra atalaya y nuestra protecciónNo existe nombre honroso que a Ella no convenga
o que en alguna forma con Ella no se avenga
No hay bien que en su raíz a la Virgen no tengaAmigos y señores en vano lucharemos
penetrando en un pozo cuyo fin no hallaremos
Más serán los nombres que de Ella encontremos
que las flores del campo como bien conocemos (…)