Una familia tradicional

Seguramente Ud. sabe que la educación es un deber y un derecho de los padres.

En general todos estamos de acuerdo con este principio, pues se basa en un hecho evidente; son los padres que traen los hijos a la vida, luego a ellos les corresponden los deberes y derechos de educarlos.

Sin embargo, cuando se trata de entrar en los modos operativos de la aplicación de este derecho, comienzan las divergencias y las posiciones encontradas a manifestarse.

¿Pueden los padres, por ejemplo querer que sus hijos tengan una enseñanza católica y no una que prescinda de la existencia de Dios?

¿Pueden ellos también querer para sus hijos una enseñanza de excelencia o deben contentarse con una general igual para todos?

Las preguntas podrían multiplicarse de acuerdo a los criterios de selección que los padres quieran dar a sus hijos en materia de enseñanza.

La cuestión tropieza en un problema que ha sido muy discutido en estas semanas pasadas y que es el tema de la igualdad de oportunidades o, dicho de otra manera, la igualdad en el punto de partida.

Es el tema que le proponemos y que puede escuchar ahora.

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