El chileno era por su índole naturalmente recio, sufrido, un poco aventurero, capaz de enfrentar obstáculos y de aceptar desafíos.
La escena de la fotografía se parece a alguna antigua película épica.
El árido paisaje en torno a los personajes, contribuye poderosamente a reforzar esa idea, comunicando a esta escena una fuerte nota de epopeya y de gesta.
De hecho no es así, pues se trata de un vetusto vehículo arrastrado por mulas en 1900 en Cobija, en el norte de Chile.
Llama la atención como eran la vida cotidiana y las personas en ese Chile de ayer.
La existencia era más ruda: de eso no cabe duda. Los viajes más difíciles y peligrosos, hacían de aquellos que se ponían en camino, casi unos verdaderos aventureros. Esto nunca desanimó al chileno, quien por su índole es naturalmente recio, sufrido, un poco aventurero, capaz de enfrentar obstáculos y aceptar desafíos.
Siempre creí que Chile supo soñar
No sé hasta qué punto los chilenos de hoy en día conservan esas virtudes de nuestros mayores, o si se dejaron dominar por la comodidad, el securitarismo y el espíritu pragmático, que tanto caracterizan a nuestra época.