Decir que el mundo contemporáneo está en una crisis profunda es una verdad de pero-grullo. Nuestro país sigue esos pasos y se busca afanosamente una solución pero sin levantar el problema central: nuestra sociedad es un cuerpo sin alma.
Verdades olvidadas
«¿Saben por qué durante más de medio siglo hemos visto perecer entre nosotros todas las formas de gobierno, sin exceptuar esta a la que volvemos hoy?
“Se los diré.
“Todas las formas con las que se vistió la sociedad perecieron porque, bajo estas formas, faltaba un alma.
“Ahora, por muy maravillosamente dotado de articulaciones, resortes y músculos, un cuerpo sin alma, es un cadáver, y es lo propio de un cadáver que pronto se disuelva.
“El alma de toda la sociedad humana es la creencia, es la doctrina, es la religión, es Dios. Pero las sociedades modernas se han divorciado durante mucho tiempo de Dios”. (Discurso del Cardenal Pie, en La Royauté sociale de Notre Seigneur Jésus).
1. Se puede decir que el Cardenal Pie fue maestro de varios Papas. Colaboró activamente con el Papa Beato Pío IX en la descripción y refutación de los errores modernos, contribuyendo decisivamente en la declaración del dogma de la infalibilidad pontificia. León XIII lo hizo Cardenal y San Pío X le llamaba “mi maestro”
Las personas son modeladas por los principios vivos que impregnan los ambientes, las costumbres y las civilizaciones, más que por teorías estereotipadas o momificadas, producidas al margen de la realidad, en algún aislado gabinete de trabajo, o colocadas en el letargo de alguna empolvada biblioteca.