La importancia de lo ocurrido en el Sínodo del Amazonas es subrayada por Isabelle de Gaulmyn, editora jefe del periódico francés La Croix, usando la expresión “verdadera revolución para la Iglesia Católica”.
“No nos engañemos a nosotros mismos; lo que sucedió en Roma, con el Sínodo para el Amazonas, que terminó el domingo 27 de octubre, marca una verdadera revolución para la Iglesia Católica”.
Con estas palabras ‒subrayadas en el texto original‒ Isabelle de Gaulmyn, editora en jefe del periódico francés La Croix, del 02/11/2019, comienza su artículo elogioso del Sínodo.
La Croix es propiedad de la congregación religiosa francesa de los agustinos de la Asunción y es ampliamente leída por el episcopado francés, siendo considerado como el diario no oficial de los obispos. La orientación del periódico es habitualmente progresista.
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La periodista continúa:
“Incluso si, como todas las revoluciones, esta se desarrollará a largo plazo. Ciertamente, el Papa Francisco no está obligado a seguir incondicionalmente el consejo de los padres sinodales. Dicho esto, es difícil pensar que se exonere, especialmente porque es el resultado de un proceso que él mismo ha alentado en gran medida.
“Así, al solicitar la posibilidad de que en el Amazonas se ordene sacerdotes a hombres casados; considerando la creación de nuevos «ministerios» (es decir, responsabilidades dentro de las parroquias o diócesis), incluso con el reconocimiento de ‘un ministerio para las mujeres que dirigen las comunidades ‘; exigiendo finalmente reabrir el debate tan explosivo sobre el diaconado femenino, los obispos del Sínodo han establecido claramente el final de un modelo, que proviene del Concilio de Trento y casi cinco siglos de catolicismo”.
La Croix, por la pluma de su editora, se muestra preparada y contenta de ver a la Iglesia abandonar e incluso contradecir la rica herencia del Concilio de Trento y al menos cinco siglos de la historia de la Iglesia. En realidad, el Concilio de Trento no creó nada nuevo y se limitó a confirmar la Tradición de la Iglesia.