La consagración del nuevo obispo auxiliar de Shangai, combinada entre el Gobierno comunista chino y la Santa Sede, tuvo un final inesperado, según informó «La Vie«.
En el momento de la consagración, el ahora nuevo obispo don Thaddeus Ma Daqin, rechazó la imposición de las manos de don Zhan Silu, obispo «oficial» de Mindong, no reconocido por Roma y afiliado a la dictadura anticristiana. También no aceptó recibir la comunión de ese obispo ilegítimo.
En su homilía, don Thaddeus, que era miembro del Comité Nacional de la Asociación Patriótica china, una organización dirigida “católica” por el Gobierno chino, dijo: «creo que no conviene continuar sirviendo a la Asociación Patriótica».
El pueblo asistente aplaudió vivamente la declaración y derramó lágrimas ante esta manifestación de coraje, que desde hace mucho tiempo los líderes de la Iglesia no muestran.
D. Ma Daqin no podía ignorar el precio de su actitud: él «desapareció» después de la ceremonia.
El régimen afirma que «él fue a reposar porque sufría de un agotamiento físico y moral» en el seminario de la ciudad. Pero ese tipo de afirmaciones de los comunistas chinos suelen significar que él ha sufrido alguna forma de intimidación psicológica o de prisión.
Las autoridades eclesiásticas en Hong Kong creen en que está en prisión.