Sólo esto faltaba: una abuela suplente

Cathy Donnelly tiene 58 años, una edad buena para ser abuela. Pero va a ser la madre de su séptimo nieto, dando a luz (como suplente), a una hija de su hija Shannon.

La noticia viene de Ontario y es contada con ligereza ingenua, como si tal elección fue sin ningún tipo de consecuencia, sobre todo para la estabilidad emocional y psicológica del niño. (Las consideraciones morales son ignoradas en la noticia).

«Vamos a hacerlo«. Durante dos años, Shannon y su esposo Jamie estaban tratando de tener un bebé, pero debido a una lesión interna el deseo de la mujer debía permanecer inalcanzable. Así Cathy, que ya es madre de tres hijos y abuela de seis nietos, ha decidido voluntariamente ser una «madre de alquiler». «Me sentí mal por ellos, porque nunca podrían tener un hijo. Así es que pensé, ¿qué pueden ser nueve meses de mi vida, a cambio de darles un hijo que tendrán para el resto de sus vidas? Así es que dije: «vamos a hacerlo».

La gente me mira. Los médicos la han informado ampliamente de los riesgos involucrados en un embarazo a los 58 años. Ya a los 45 se tropieza con más facilidad en la diabetes gestacional, hipertensión o nacimientos prematuros, pero Cathy ha decidido hacerlo de todos modos. «Ahora la gente me mira cuando ve esta embarazada anciana. Me mira porque piensa que pudo haber visto mal”.

¿Hasta dónde rodará nuestro pobre mundo descristianizado?