Dos noticias recientes han tenido especial impacto en la opinión continental, por mostrar que las FARC constituyen una amenaza contra el Continente, mucho mayor que lo generalmente sabido y a fortiori que lo públicamente admitido.
Una de ellas fue publicada por el diario O Estado de S. Paulo, el domingo 27 de julho último, afirmando que, em visita oficial al Brasil, el “zar” de la seguridad nacional de los Estados Unidos, Michael Chertoff, había condenado, la semana anterior, el apoyo recibido por las FARC de parte de gobiernos sudamericanos y defendido que todos los países de la región deben preocuparse con la posible transferencia de bases de la guerrilla colombiana a sus territorios.
Según la noticia, en conversaciones con los ministros brasileños de Justicia, Tarso Genro, y de Defensa, Nelson Jobim, Chertoff también dejó clara la preocupación de los Estados Unidos con la sofisticación de los recursos del narcotráfico para alcanzar los principales mercados consumidores “ como el uso de pequeños submarinos “ y pidió la colaboración del gobierno de ese país en la intensificación de sus controles sobre puertos y aeropuertos.
La segunda noticia fue el reportaje publicado por la revista colombiana Cambio, el 30 de Julio pasado, bajo el título “El «dossier” brasileño“, que dijo que el computador de «Raúl Reyes”, analizado por el Ejército colombiano, revelaba que los vínculos de las FARC con altos funcionarios del gobierno de Brasil, entre ellos cinco ministros, habían llegado a niveles escandalosos.
Según el texto de la revista “que no es precisamente radical opositora de la guerrilla” la agenda entre los presidentes «Lula” y Uribe sobre las relaciones entre las dos naciones, contuvo elogios mutuos hechos en forma pública entre ambos Jefes de Estado. Pero “añade” en una reunión privada que tuvieron ante muy pocos testigos, Uribe le había hecho a «Lula” un resumen sobre una serie de archivos que las autoridades colombianas encontraron en los computadores de «Raúl Reyes” que comprometen a funcionarios de su gobierno con las FARC.
Así “según Cambio“ el gobierno colombiano usó en forma selectiva los archivos del PC de «Raúl Reyes”, pues, mientras con Ecuador y Venezuela los utilizó para poner en entredicho a Chávez y a Correa, hostiles a Uribe, con Brasil los manejó discretamente para no comprometer a Lula da Silva, quien se ha mostrado menos pugnaz con Colombia que sus otros colegas.
El Cura Camilo”
No se sabe con exactitud cuánta y cuán detallada fue la información que el presidente Uribe le dio al presidente «Lula”, pero el que podría llamarse “el dossier brasileño” tendría implicaciones más serias que las derivadas de la información relacionada con Venezuela y Ecuador.
Cambio afirma que conoció 85 correos electrónicos que, entre febrero de 1999 y febrero de 2008, circularon entre los guerrilleros «Tirofijo”, «Raúl Reyes”, «el Mono Jojoy”, «Oliverio Medina” “ delegado de las FARC en Brasil “ y dos hombres identificados como «Hermes” y «José Luis”.
A juzgar por el contenido de los mensajes, la presencia de las FARC en Brasil llegó hasta las más altas esferas del gobierno de Lula, del Partido de los Trabajadores, de la dirigencia política y de la administración de Justicia. En ellos son mencionados cinco ministros, un Procurador general, un asesor especial del Presidente, un Vice-Ministro, cinco diputados, un concejal y un juez superior.
El personaje central de los correos es «Oliverio Medina”, también conocido como «El Cura Camilo”, un sacerdote que ingresó a las FARC en 1983, que en su rápido ascenso llegó a ser secretario de «Tirofijo”. Llegó a Brasil como delegado especial de las FARC en 1997 y estuvo en Colombia durante el proceso del Caguán, cuando se desempeñó como jefe de prensa del grupo guerrillero.
Resta, pues, preguntarse hasta dónde llegarán las complicidades de gobiernos sudamericanos con la ofensiva narco-terrorista que ha ensangrentado a Colombia durante alrededor de 50 años, y que se obstina en continuar sus crímenes en todo el Continente.
El gobierno chileno permitió una reunión de terroristas de toda América en Octubre de 2006, incluida las FARC y el PC chileno se manifiesta públicamente en apoyo a ese movimiento.