por Sandro Magister
Reproducimos a continuación algunos párrafos del artículo del conocido “vaticanista” Sandro Magister -que escribe en “L´Espresso”, suplemento del diario socialista romano “La Repubblica”- a propósito del reciente viaje a Cuba del Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Tarcisio Bertone. Magister, que tiene numerosos e importantes contactos con prelados del Vaticano, fue quien previó, antes del último Cónclave, la elección del Sumo Pontífice. Juzgamos que les interesará conocer el contenido de este articulo, sin que eso signifique que concordemos con su totalidad. El texto integral puede ser visto en http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/193961?sp=y
[Los viajes del Cardenal Bertone] “se distinguen por una acentuada finalidad geopolítica.
“En el viaje a Cuba, esta finalidad ha sido particularmente visible. Bertone se movió según el principio de aquel realismo que es una constante de la geopolítica vaticana: un realismo dirigido a defender y a expandir las instituciones de la Iglesia, en las condiciones dadas, incluso las más adversas.
“Es el mismo realismo que ha guiado, por décadas, la política de la Santa Sede en relación al bloque soviético, en la persona del hombre guía de la política vaticana en aquella época y para aquel teatro de operaciones: Agostino Casaroli.
“Y así como entonces en la Europa del Este, este realismo pagó un precio hecho de silencios, de reticencias, de omisiones, hoy en Cuba ocurre lo mismo. El cardenal consiguió un acogida cortés de las autoridades comunistas de la isla. Pero los exponentes del disenso, el círculo de los perseguidos, los paladines de la libertad, católicos y no católicos, se desilusionaron grandemente con las palabras y los gestos del cardenal. Una desilusión expresada al día siguiente de la visita en una nutrida serie de comentarios difundidos vía Internet (1).
“En efecto, Bertone se ha expresado con acentos optimistas sobre el presente y el futuro de Cuba. Ha negado que la Iglesia de Cuba sea una Iglesia perseguida. Ha dicho que ve “aperturas” y “pequeños pasos” hacia delante. No ha pedido una amnistía para los prisioneros políticos; se ha limitado a presentar al nuevo presidente Raúl Castro “una lista de nombres de prisioneros a tomar en consideración por razones humanitarias, en el respeto de la soberanía de Cuba”. Ha reclamado una revocatoria del embargo económico que golpea la isla por decisión de Estados Unidos.
“impresiona también el contraste entre la imagen edulcorada del régimen cubano que ahora ha dado el Cardenal Secretario de Estado, con aquella mucho más amarga, que se recoge de la vida concreta de la Iglesia en la Isla, descrita no sólo por los disidentes, sino por los mismos documentos de la jerarquía de estos últimos años.
“En el cardenal Bertone, Benedicto XVI ha encontrado su Casaroli. A él le ha confiado el realismo de la geopolítica, con los costos que comporta.”
(1) A respecto de esos comentarios, ver el artículo del ex preso político cubano Armando Valladares en http://www.diariolasamericas.com/news.php?nid=47658