El Servicio Meteorología del gobierno inglés sabía que Gran Bretaña tendría un invierno excepcionalmente frío, sin embargo escondió esa información.
El Met Office se había comprometido en la campaña destinada a convencer a la opinión pública de la existencia del «calentamiento global de origen humano», que lo llevó a ser comprometido en el escándalo del «Climagate».
En 2009, predijo un «verano-asado», que no ocurrió; previendo que le seguiría un «invierno moderado». Sin embargo, diciembre de 2010 fue el período más frío en Gran Bretaña desde que se comenzaron a hacer mediciones.
Los profetas apocalípticos del «calentamiento global» sufren ahora una tempestad de críticas porque, para no perjudicar la utopía ecologista, mantuvieron a los ciudadanos en la ignorancia, tornándolos víctimas.
Fuente: Revista Catolicismo-marzo 2011.