Un año después del colapso de la URSS, el Kremlin trasladó a China lo mejor de su arsenal, incluyendo el orgullo de la Fuerza Aérea de Rusia, el caza de combate Sukhoi-27.

En los 15 años siguientes, Rusia ha suministrado a China entre $ 20 y $ 30 mil millones al año en aviones de combate, destructores, submarinos, tanques y misiles.

Ahora China puede producir armas sofisticadas sin el apoyo ruso y proyecta un portaaviones.

Los rusos sabían, como todo el mundo, que las armas serían «clonados», de acuerdo con Vassily Kashin, experto ruso en asuntos militares chinos, informó “The Wall Street Journal”.

Detrás de la apariencia engañosa la alianza Moscú-Pekín sigue tan estrecha como en los tiempos de Stalin y Mao.

Luis Dufaur