Transcribimos parte de la entrevista realizada por el periódico Voz da Verdade de Portugal (30/05/2010) al especialista en cuestiones vaticanas, Jean-Marie Guénois, sobre el modo que el mundo vio el viaje de Benedicto XVI a Portugal. El vaticanista, del diario francés Le Figaro, afirmó que el viaje quedará en la historia del papado como un punto de virada.

Se trata de un análisis sutil de la realidad profunda del sentir de la opinión pública mundial y, en especial, del pueblo católico, con relación a la Iglesia Católica.

El periódico portugués pregunta:

– «Varios especialistas internacionales consideran que la peregrinación a Portugal abrió una nueva etapa en este pontificado…»

El periodista responde:

«Lejos de mí el querer ‘ reducir’ el viaje a la crisis de pedofilia en la Iglesia. Pero el hecho es que este viaje a Portugal –gracias a la movilización de los portugueses– marca una ruptura en la historia de esa triste polémica mundial.

… «en la misa del 13 de mayo, en Fátima, donde hubo medio millón de fieles, la diferencia fue hecha. Ellos ‘votaron con los pies’, como se dice en Francia, para decir que la Iglesia no es la crisis de pedofilia y que el Papa está lejos de encontrarse aislado. Eso impresionó en Francia y cambió la imagen del Papa.

«Me parece que este viaje va a quedar en la historia del papado como un punto de virada. No marca el fin de la crisis de los padres pedófilos, sino el fin de la duda. Hizo volver a la Iglesia Católica a lo esencial, que está compuesto principalmente por los fieles y por sus sacerdotes y obispos. Una iglesia que no puede ser reducida a algunos sacerdotes desviados.

– El periódico vuelve a preguntar:

«¿Tuvo impacto mundial el mensaje del Papa en Portugal? ¿Cuáles fueron los ecos de esta visita en la prensa internacional?

Responde el especialista:

«El impacto fue mundial, sin duda, precisamente por causa del contexto y de la capacidad de respuesta del pueblo portugués (…) No podemos decir que la multitud no fue al encuentro de Fátima. En el fondo, el llamado a la misión de los cristianos en la sociedad, lanzado por Benedicto XVI en Portugal, me parece algo completamente inédito en su intensidad. No es como un retorno al pasado, sino como un redescubrimiento de la alegría de los primeros tiempos del cristianismo«.

En un artículo escrito en el mismo sentido para el periódico Le Figaro, el vaticanista agrega: «Medio millón de personas en un país de 10 millones, es mucho. Ciertamente la cantidad no es la calidad, pero ésta estaba precisamente en el fervor de la multitud«.