El sacerdote Givanni Battista Luo fue detenido junto a otros seis religiosos por la policía china de Mondong (Fujian). Su crimen: organizar un campamento con 300 estudiantes universitarios pertenecientes a la Iglesia Católica, considerada «clandestina» por su obediencia al Papa, y no a la cismática Iglesia Patriótica, creatura del Partido Comunista.
La policía invadió el campamento, ordenando su cierre. Los religiosos rechazaron la orden y dieron libertad a los jóvenes que quisieran para dejarlo : sólo 20 de ellos volvieron a sus casas. Los policías, impresionados, no osaron detener a nadie.
Sin embargo, el padre Luo fue encarcelado en Marzo en un «hotel» (prisión disimulada) de Fuan. El había declarado que estaba «pronto para ir a prisión«, «orgulloso de ser un sacerdote católico, deseoso de profesar su fe con actos«. Y agregó: «Seré feliz si puedo ser un testigo de Cristo e imitar el ejemplo de tantos mártires«.
Dos reflexiones:
1. no todos los sacerdotes en la Santa Iglesia católica son pedófilos, como lo insinúa la actual campaña mediática.
2. Nuestro País se apresta a recibir al Presidente chino, considerado el principal socio comercial de Chile. Recordemos que al comprar productos chinos estaremos alimentando a un gobierno comunista que persigue a nuestros hermanos.