La decoración de la fachada de esta casa reproduce aspectos pintorescos de la vida de antaño. Esta alegría de vivir ha desaparecido de los exteriores impersonales hechos de vidrio en los edificios modernos.

Hay una idea muy difundida, de que sólo con la llegada de la modernidad, las personas pudieron conseguir una vivienda digna, un confort razonable, etc.

Nada está más lejos de la realidad. Precisamente podría verificarse lo contrario.

Es cierto que la modernidad trajo algunos avances en materia de comodidad para el cuerpo. Pero sin embargo, ¡qué cantidad de inconvenientes para el alma!

Por ejemplo la belleza, el ambiente acogedor, pintoresco, humano e incluso fantasioso, de esta casa típica de Babiera, ¿pueden quizá encontrarse en los ambientes modernos de las viviendas que conocemos?

La ciudad medieval y la ciudad moderna

El error consiste en que el hombre contemporáneo valora más las cosas del cuerpo que las del alma. Por eso sobrevaloró todo lo relativo al cuerpo y encarceló todo lo relativo al alma y consecuentemente la belleza quedó desterrada de sus horizontes. Sin embargo la verdad es que el hombre es más alma que cuerpo, diríamos que es sobre todo alma.