Sólo el 25,9% de las personas con derecho a voto ha participado en el referéndum para permitir la experimentación con embriones humanos y otros cambios para liberalizar la ley de fecundación asistida.

La Conferencia Episcopal Italiana, a pedido del Papa, había sugerido a los católicos que se abstuvieran de acudir a las urnas, pues la consulta popular sólo adquiere valor si cuenta con la participación del 50% de las personas con derecho a voto.

Fabio Mussini, vicepresidente del Movimiento para la Vida ha comentado a Zenit: «ha tenido lugar una campaña referendaria como nunca se había visto antes. Toda la «intelligentsia» cultural, desde los grandes periódicos hasta las revistas para las amas de casa, desde los premios Nobel hasta los hombres de espectáculo, han promovido el «sí» con todos los medios».

«Todos los sondeos atribuían al «sí» un porcentaje creciente, desde el 40% hasta el 50% en los últimos días. Los mismos sondeos atribuían a la Iglesia católica un peso del 5% en las intenciones de voto. Y sin embargo, han perdido. ¿Cómo es posible que tanta potencia haya dado resultados tan bajos? Parecería que se da una fractura profundísima entre los hombres de cultura y la gente», añade Mussini.

Esta es una lección para aquellos que creen en el poder casi absoluto de la “intelligentsia” y de los medios de comunicación sobre la opinión pública. La pretendida pérdida de influencia de la Iglesia Católica sobre un mundo secularizado ha sido así desmentida.

Comienzan a llover las acusaciones sobre injerencia de la Iglesia en el laicidad del Estado italiano. El Cardenal Ruini defendió la libertad de la Iglesia de expresarse en «materias de gran importancia moral y humana»: «Si por laicidad se entiende que la Iglesia no puede tener una expresión pública, entonces no hablamos de laicidad sino de laicismo, que daña no sólo a la Iglesia sino al Estado», dijo Ruini.

13 de Junio de 2005