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Origen del himno Alma Redemptoris Mater (video)

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bienaventurado Hermann de Reichenau, teólogo, científico, poeta, músico e historiador
El bienaventurado Hermann de Reichenau (1013-1054)

En plena Edad Media, viene al mundo Hermann de Reichenau, un niño estropeado que es capaz de elevarse a las cumbres de la santidad por su filial devoción a la Santísima Virgen. Fue teólogo, científico, poeta, músico, historiador.

El bienaventurado Hermann de Reichenau (1013-1054), también llamado Hermannus Contractus, fue paralítico desde niño, con muchos defectos físicos, que le dificultaban su movilidad. Sus padres no quisieron hacerse cargo de él y lo depositaron en un monasterio benedictino para no volver a verlo.

Sin embargo, los monjes de la abadía de Reichenau, en una isla del lago Constanza, en Suiza, lo recibieron y lo educaron. A los 20 años, fue hecho monje, abriendo una excepción a la regla benedictina, que no permitía aceptar personas estropeadas.

Debemos tener mediadores ante Jesucristo

Este niño estropeado comenzó mostrar un admirable interés por la teología y en general por todo lo que veía y oía. También se reveló como un sorprendente compositor musical. Entre sus obras que aún permanecen está un oficio completo a Santa Afra y otro a San Wolfgang.

Astrolabio
La fuente de su sabiduría estaba en la gran devoción a la Virgen Santísima. Origen del himno Alma Redemptoris Mater
Cuando quedó ciego, se manifestó la verdadera fuente que tanta sabiduría: Hermann era un grande devoto de la Santísima Virgen.

También escribió un tratado sobre la ciencia de la música; diversos tratados sobre geometría, aritmética y astronomía. El astrolabio y su tecnología, una notable invención de la Antigüedad que sirve para medir la posición de los astros había desaparecido durante el caos generado por la caída del Imperio Romano. El Beato Hermann , mediante un gran estudio, recuperó ese instrumento tan decisivo para la navegación.

Como historiador, escribió también una detallada crónica desde el nacimiento de Cristo hasta sus días, habiendo sido el primer gran compilador de los hechos del primer milenio de la historia de la era cristiana.

Este virtuoso genio dominó muchas lenguas, inclusive el árabe, el griego y de latín. Al final de su vida fue afectado por una ceguera total.

Pero cuando se habría dicho que su vida no tenía más sentido, se manifestó la verdadera fuente que tanta sabiduría: Hermann era un grande devoto de la Santísima Virgen. Fue entonces que comenzó a escribir himnos en su honra que marcaron los siglos hasta el fin de los tiempos.

El más famoso es el Salve Regina que con algunos agregados del Beato Adhemar de Monteuil y de San Bernardo, es bien conocido por todos.

Su muerte ocurrió en el mismo monasterio el 24 de septiembre de 1054, cuando contaba sólo 40 años. El bienaventurado Papa Pío IX lo elevó a la honra de los altares beatificándolo en 1863.

Otros de sus himnos es el Alma Redemptoris Mater ‒que puede escuchar más abajo‒ en el que glorifica a María como Madre de Jesús, Redentor de los hombres. Adelantándose varios siglos a la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, reconoce la virginidad perpetua de Nuestra Señora y la presenta como defensora del pueblo católico.

Alma Redemptoris Mater

quae pervia caeli porta manes

et stella maris,

succurre cadenti surgere qui curat populo.

Tu quae genuisti

natura mirante,

tuum sanctum Genitorem,

Virgo prius ac posterius,

Gabrielis ab ore

sumens illud Ave,

peccatorum miserere.

Madre Santa del Redentor,

puerta siempre abierta del cielo,

estrella del mar, socorre al pueblo

que cae y procura levantarse.

Tú que ante el asombro de la naturaleza

engendraste a tu Santo Creador,

Virgen antes y después de haber recibido de la boca de Gabriel aquel Ave,

ten piedad de los pecadores.

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21/08/2022 | Por | Categoría: Formación Católica
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