“Si Jesús ha sido bueno con los extraviados y los pecadores, no ha sido para aceptar sus convicciones erróneas, por muy sinceras que fueran; El les ha amado a todos para instruirlos y para salvarlos.
Todos los hombres son en un sentido iguales y en otro desiguales
«Si ha acogido a los que penan y sufren para aliviarlos, no ha sido para predicarles el deseo de una igualdad quimérica. Si ha levantado a los humildes, no fue para inspirarles el sentimiento de una dignidad independiente y rebelde a la obediencia”.
San Pío X, Encíclica Notre Charge Apostolique, Acta Apostolicae Sedis, vol. II, nr. 16, 31-8-1910, p. 611.