La lectura es provechosa, no tanto en función de la cantidad, cuanto de la calidad de los libros leídos, y principalmente en función de la calidad del lector, y del modo de leer
Esta es una cuestión sobre la que en otro tiempo se hablaba más.
Recuerdo que una vez alguien me comentó con bastante chispa que “la cultura es aquello que queda cuando la persona se olvidó de todo lo que leyó”.
Esto aparentemente puede parece un poco jocoso, pero no lo es si se considera desde el punto de vista de la persona que se impregnó e incorporó lo esencial y más importante de cuanto conoció, y olvidó lo secundario.
Me acordé de esto cuando leí estos esclarecedores trechos de una conferencia que les dejo, y que pueden ayudar a comprender un poco más sobre el tema.
Consideraciones sobre la Cultura
Papel de la reflexión
(…) «Considerar la cultura como una mera resultante de la cantidad de libros leídos es un error craso, porque la lectura es provechosa, no tanto en función de la cantidad, cuanto de la calidad de los libros leídos, y principalmente en función de la calidad del lector, y del modo de leer».
(…) «una persona muy leída, muy instruida, o sea informada de muchos hechos o nociones de interés científico, histórico o artístico, puede ser bastante menos culta que otra con un caudal informativo menor. Es que la instrucción sólo perfecciona el espíritu en toda la medida de lo posible, cuando es seguida de una asimilación profunda, resultante de una cuidadosa reflexión. Y por esto, quien leyó poco pero asimiló mucho, es más culto que quien leyó mucho y asimiló poco”.
Cultura del respeto o regreso a la barbarie
Un pensador
– «Por supuesto, la reflexión es el primero de los medios de esta acción positiva. Pero, mucho y mucho más que un ratón de biblioteca –depósito vivo de acontecimientos, nombres y textos– el hombre de cultura debe ser un pensador. Y para el pensador el libro principal es la realidad que él tiene delante de los ojos; el autor más consultado es él mismo, y los demás autores y libros, son elementos preciosos pero nítidamente subsidiarios. Sin embargo, la mera reflexión no basta. El hombre no es puro espíritu. El esfuerzo cultural sólo es completo cuando el hombre impregna todo su ser de los valores que la inteligencia consideró”.
Trechos de un discurso de Plinio Corrêa de Oliveira 13 de Noviembre de 1954